El PA se marca el objetivo de no estar en el mismo bando que el PP
La prioridad del PA en la reforma del Estatuto de autonomía es no aparecer nunca en el mismo bando que el PP, cogido del brazo de un compañero de viaje que le engulle, y del que ya ha comprobado que no conseguiría distinguirse por mucho que las críticas hacia el texto se hagan desde polos opuestos (nacionalismo y no nacionalismo). Por eso la dirección andalucista dice haber recibido con alivio el probable pacto de populares y socialistas, con el concurso de IU. "Ahora se nos ve con claridad, y no como apéndice de la derecha", sostiene.
Que PP y PA coincidieran en el no a la reforma del Estatuto de autonomía, tanto en el Parlamento de Andalucía como en la toma de consideración del texto en el Congreso de los Diputados, ha tenido un coste muy alto para los nacionalistas. Una vez que el texto salió de la Cámara autonómica rumbo a Madrid para ser aprobado por las Cortes Generales, desaparecieron de la escena política. En el Congreso ni se les nombró: los populares capitanearon por completo la oposición.
Pese a que el discurso oficial en esos momentos era que nada tenían que ver la negativa de un partido y de otro -y que eso se iba a percibir claramente al estar en las antípodas-, lo cierto es que el PA no pudo evitar que el objetivo común hiciera sospechar de una estrategia común. No ayudó mucho que en la campaña publicitaria que los andalucistas lanzaron sobre el Estatuto escogieran el agravio respecto a Cataluña, lo mismo que había hecho el PP antes en una campaña muy dura, que causó un hondo malestar entre los catalanes.
Línea rota
Según fuentes de la dirección, el verano sirvió para replantearse la estrategia. La cúpula del PA llegó a la conclusión de que la coincidencia con el PP en el frente del no conduciría a la hecatombe. En consecuencia, se exploraron cauces para recomponer la línea de negociación con el PSOE, rota después del incidente de la revelación del documento en el que PA renunciaba al término nación, como definición de Andalucía en el preámbulo del Estatuto, y aceptaba en su lugar del concepto de "realidad nacional".
"Por eso se buscó la salida de decir al PSOE que estaríamos dispuestos a aparcar el término nación si en el plano económico Andalucía conseguía la equiparación práctica a lo logrado por Cataluña", confiesa un dirigente, en referencia a la oferta que el
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