No sólo Garzón

El presidente de Consejo del Poder Judicial, Francisco José Hernando, parece decidido a no querer enterarse de lo que está pasando en el ámbito más propio de la responsabilidad de ese órgano. Tras el pleno celebrado en Tenerife ha dicho, en referencia al amparo solicitado por Garzón, que este juez "tiene suficiente entidad como para que las críticas no le intimiden". ¿Anticipa que los vocales nombrados a propuesta del PP, de los que una vez más se ha comportado como jefe de filas, eludirán por tercera vez amparar a Garzón, incluso después de que éste lo haya solicitado formalmente?

Garzón tiene sin duda suficiente entidad como para que las críticas no influyan en sus decisiones. Pero la cuestión es otra. Las gravísimas imputaciones que se le han hecho inciden objetivamente en la jurisdicción que ejerce y el sistema judicial del que forma parte. Es, por ello, irrelevante que se sienta o no afectado en su voluntad, como parece apuntar Hernando. Que se diga que en la Audiencia Nacional existe un juez que fabrica procesos al servicio de intereses extrajudiciales no puede quedar sin respuesta del Consejo, cualquiera que sea la mayoría que lo controla; no amparar a Garzón supondría renunciar a su función como garante de la independencia del sistema judicial.

¿En qué quedarían los esfuerzos por mejorar la imagen de la justicia que, según reivindicó ayer Hernando, está haciendo este Consejo? El insólito ataque a Garzón lanzado desde el interior del Consejo por el vocal Requero, sin que sus compañeros afines al PP rechisten, hace temer lo peor. Sería la última y una de las más graves muestras del sectarismo que ha dominado un Consejo del que lo mejor que puede decirse es que sólo le queda un mes para concluir su mandato.