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Un sistema excelente pero demasiado costoso

La red alemana de sanidad estatal es excelente pero también excesivamente cara. Un autónomo que ingresa 1.000 euros al mes paga en un seguro público 260 euros. La salud pública alemana emplea a 3,8 millones de personas y mueve cada año 250.000 millones, el 11% del producto interior bruto (PIB) del país.

El sistema está vertebrado por 253 cajas (seguros) de salud pública que atienden a 70,3 millones de asegurados y sostienen un descomunal aparato administrativo.

A ellas cotizan los trabajadores por cuenta ajena que ganan menos de 4.000 euros al mes. La cotización es de un promedio del 14,2% del salario bruto, a repartir entre el asalariado y la empresa a partes iguales, más un suplemento del 0,9% que paga el empleado. En las cajas públicas cada vez hay más viejos que demandan cuidados médicos y menos jóvenes que los financian. Su deuda se estima en 7.000 millones de euros. El alto desempleo provoca que el sostenimiento del sistema recaiga cada vez sobre menos hombros: de 38,8 millones de empleados que cotizaban en 1991, han pasado a ser sólo 26 millones los que cotizan en 2006. Estos trabajadores con empleos regulares sostienen la atención médica de niños, cónyuges dependientes, estudiantes, parados y pensionistas.

Los funcionarios, los que trabajan por cuenta propia y quienes ganan más de 4.000 euros al mes pueden elegir entre asegurarse en una de estas cajas públicas o acudir a una de las 48 privadas, cuyas cuotas no dependen de los ingresos sino del riesgo. Casi 8,5 millones de alemanes, sobre todo los más ricos, jóvenes y los que tienen mejor salud, son clientes de las cajas privadas y no contribuyen a sostener el sistema público. Las cajas privadas, que funcionan con mayor eficiencia y no tienen deudas, pueden elegir a sus clientes y rechazar a personas enfermas.

Las cajas negocian con los médicos a través de asociaciones que los representan y gestionan su remuneración. La falta de claridad y competencia en el sistema, así como la abundancia de intermediarios, permite que los costes se mantengan por las nubes.

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