España cede a la ESA la dirección técnica de su nuevo satélite
La agencia europea planea diseñar una nave espacial con Rusia
España ha firmado un acuerdo con la Agencia Europea del Espacio (ESA) para que este organismo se ocupe de la dirección técnica de la definición del futuro satélite español de observación de la Tierra, que debería estar terminado en torno a 2010. El acuerdo, firmado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), del Ministerio de Industria, se ha concretado en el marco del 57 Congreso Internacional de Astronáutica, que se celebra en Valencia.
El proyecto español está aún en la fase de consolidación, en la que hay que concretar las características y definir sistemas y componentes. Su coste total ascenderá a 190 millones de euros, incluido el satélite, el lanzamiento, los sistemas de control en tierra y el coste de gestión, según informó ayer el CDTI. Se trata de un satélite que se integrará en el programa de la ESA GMES (observación global para el medio ambiente y la seguridad, en sus siglas en inglés).
El CDTI eligió como instrumento principal del satélite una cámara óptica, frente a la opción de un radar. Pero ahora se plantea la construcción de un segundo satélite, éste con radar, considerado más interesante para aplicaciones de defensa, a la vez que útil para la observación terrestre civil, por su capacidad de trabajo haya o no nubes y de noche tanto como de día.
También en el marco del congreso de Valencia, España firmó el lunes pasado un acuerdo de colaboración en el ámbito espacial con Canadá, y ayer firmó otro con Rusia. Aunque en este último no se especifican las actividades concretas de actuación, España está interesada en participar en programas de transporte espacial.
Mientras tanto, la ESA ha dado luz verde a la colaboración con Rusia para el diseño, durante dos años y con un presupuesto de unos 17 millones de euros, de una nave espacial tripulada, informó Manuel Valls, de la agencia europea. La nave llevaría astronautas a la Estación Espacial Internacional hacia 2012, si se aprobase su construcción en 2008. El programa, llamado Sistema Espacial de Transporte de Tripulación, opta por cápsulas derivadas de las Soyuz rusas.
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