"Aquí se prima que hagas las cosas, no que estés en la oficina"

Cada mañana, sobre las nueve, Álvaro Morón, de 36 años, que trabaja como jefe de producto en Microsoft Ibérica, lleva a su hijo de dos años a la guardería. Luego, acude a la oficina, aunque a veces, si no tiene reuniones, puede terminar su jornada laboral en su propia casa, donde su empresa le ha instalado un navegador ADSL para facilitarle la tarea. "Para mí es una ventaja", explica.

"Aquí se prima que hagas las cosas, no que estés en la oficina todo el tiempo", aclara. Por eso, explica, no es raro que cuando mantiene una teleconferencia de trabajo con otros empleados escuche a un niño llorar, o los ladridos del perro de la persona con la que habla, que también está trabajando desde casa.

"Cuando nació mi hijo, tuve dos días más de lo que establece la ley", cuenta un trabajador

"Cada trabajador tiene un plan de objetivos", explica la directora de Recursos Humanos

El plan de conciliación que le ha valido a Microsoft Ibérica, con casi 600 empleados en España, un premio Madrid Empresa Flexible se basa en la falta de controles de entrada y salida de los empleados. "Cada trabajador tiene un plan de objetivos, con siete u ocho puntos, que se revisa mes a mes", explica la directora de recursos humanos, Elena Dinesen.

"Una de las cosas que me gusta de la empresa es que la organización es muy plana", comenta Morón. "La línea de reporte es directa y no hace falta ir dando vueltas para hablar con un jefe. De hecho, todos los meses tenenos reuniones, uno a uno".

En ella, explica, se habla de todo: "De cómo va el trabajo en general, que si ahora estoy cargado de trabajo, si esta gente no me contesta al correo electrónico... Del día a día". Es una reunión abierta, donde también cabe lo personal, precisa.

Pero Microsoft no siempre ha sido así. Dinesen relata que una de las razones que llevó a la empresa a cambiar su política de personal fue que descubrieron, hace tres años, que la falta de tiempo para ser madres estaba provocando la fuga de la compañía de un grupo muy valorado de profesionales: "Un colectivo de empleadas de entre 30 y 35 años, dedicadas a la consultoría" y, por tanto, que viajaban frecuentemente. "Entonces, la rotación de los trabajadores estaba situada en el 7%", añade.

La dirección aprovechó el traslado de sede, desde Tres Cantos a la que ahora tienen en Pozuelo, y comenzó a introducir medidas para modificar la cultura empresarial, que han reducido la rotación hasta el 3%. Entre ellas, han apostado por facilitar los permisos de maternidad, paternidad y lactancia y se ha introducido un ambicioso plan de salud laboral.

Por ejemplo, una empleada de Microsoft disfruta de 18 semanas de permiso de maternidad, en lugar de las 17 que establece la ley. También los hombres. "Cuando nació mi hijo, tuve dos días más de lo que establece la ley", explica Morón, que también apunta que utiliza las ayudas para el deporte. La empresa corre con el gasto de la mitad de su coste. "Es un incentivo para apuntarme. Suelo ir a mediodía, después de comerme una ensalada", agrega.

A ello se suman la posibilidad de tener una revisión médica en la propia oficina, revisiones oculares, precios especiales en ópticas, medidas de terapia antiestrés (masajes, fisioterapia), seguro médico con póliza dental y la subvención de la mitad de la factura de la farmacia.

Otra de las novedades ha consistido en introducir un sistema de compartir puestos de trabajo, que está generalizado en otros países. Dos empleados, ambos con contrato indefinido y ocupación equivalente, pueden compartir con jornadas partidas un mismo puesto. "Pero no dividimos sus beneficios, como el seguro médico o el tique de restaurante. A la empresa le sale un poco más caro, pero redunda en la motivación del empleado y en su productividad", apunta Dinesen.

Para conocer qué piensan sus empleados, Microsoft se ha dotado de un Grupo de Diversidad, formado por ocho empleados de todos los estamentos, que se reúne cada semana. José Ondiviela, encargado de su coordinación, apunta que entre sus obligaciones está buscar fórmulas de integrar a las personas con discapacidad, para incrementar su número en la empresa o fomentar políticas de igualdad de sexos.

¿Qué recibe a cambio la empresa? "Siempre salimos ganando", concluye Dinesen, que apunta que en los dos últimos años la empresa ha conseguido su mayor volumen de ventas de su historia.