Decepcionante propuesta
Después de varios años de vacilaciones y cambios, por fin el MEC ha anunciado su propuesta para la nueva estructura de los estudios universitarios adaptados a Bolonia. Y resulta decepcionante cuando se compara con lo que han hecho otros países europeos. Independientemente del color político del ministerio, se ha buscado sólo contentar a las universidades más conservadoras, que pretenden que sus títulos necesitan cuatro años de duración, como mínimo, para formar a los futuros graduados. Y luego ya harán un master para ampliar conocimientos.
Si se miran los ranking europeos de calidad, las universidades del Reino Unido, de Holanda o de los países escandinavos copan todas las primeras plazas. Y en todos esos países el primer grado dura sólo tres años. Una de las razones argüidas es que nuestros alumnos empiezan la Universidad a los 18 años y no a los 19 como en esos países. Debe ser por ello que a Kingston University, donde yo trabajo en el Reino Unido, ya están llegando estudiantes nacidos en 1988, es decir, con 18 añitos recién cumplidos. Y las universidades británicas forman profesionales en tres cursos desde hace mucho tiempo. Y resulta que, en conjunto, están consideradas las mejores.
La única diferencia es que las universidades del Reino Unido compiten por los mejores estudiantes, que pagan unas tasas académicas de unos 4.500 euros por curso, y procuran terminar sus estudios cuanto antes para ir al mercado laboral. Las universidades modifican sus estudios continuamente por razones financieras, pero también para adaptarse mejor a la demanda social y laboral, y no al contrario, y los departamentos de calidad y evaluación gozan de gran prestigio y poder.
Muchos compañeros de las universidades españolas me han manifestado su opinión favorable a las titulaciones de tres años desde que la polémica se inició hace ya un poco de tiempo. Pero las instituciones como tales piensan de manera muy distinta y creen que necesitan tener a los estudiantes durante cuatro cursos para proporcionarles la educación necesaria para ejercer profesionalmente. Si otros países lo hacen en tres años, será que nuestras universidades no son tan buenas como se creen o, simplemente, les ha dado una pereza espantosa ponerse a evaluar, revisar y modificar sus contenidos, sus métodos de enseñanza y la estructura de los estudios. Mejor ir por cuatro años que realizar todo este proceso. Aunque suponga que antes necesitaras tres años para ser maestro, enfermero o aparejador y ahora se necesiten cuatro. Todo sea por hacernos los diferentes.
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