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Miles de personas protestan contra los vertederos de residuos tóxicos en Castellón

Los manifestantes defendieron el turismo rural en el interior frente a los basureros

María Fabra

Más de 3.500 personas (5.000, según los organizadores) se manifestaron ayer en Castellón contra de la instalación de vertederos de residuos tóxicos y peligrosos en los municipios de Fanzara, Les Coves de Vinromà y Salzadella. Bajo el lema Por nuestro futuro, por nuestra tierra, los manifestantes apostaron por la alternativa del turismo rural en el interior de la provincia frente a los basureros. A los vecinos de los pueblos afectados por los proyectos se sumaron los de Onda, Tirig, Sant Mateu, Càlig y Torreblanca, entre numerosos ciudadanos.

La marcha, convocada por las plataformas que se oponen a la construcción de los tres vertederos con la adhesión de diferentes colectivos, sindicatos y partidos político, transcurrió sin incidentes. La manifestación es una actividad más de las muchas que comenzaron este verano y tienen previsto continuar hasta que se retiren de forma oficial los tres proyectos.

Al finalizar la manifestación, un portavoz de los colectivos leyó un comunicado en el que denunciaron la "falta de respeto" por parte de los gobiernos locales y el caso omiso "a la voluntad popular", así como su "falta de sensibilidad democrática al hacer oídos sordos a la opinión de sus ciudadanos". El texto también hizo referencia al "menosprecio de nuestros representantes provinciales a los pueblos de interior y a toda nuestra provincia, ya que de llevar a cabo los proyectos convertirán la provincia de Castellón en importadora de residuos tóxicos".

Las Plataformas también quisieron denunciar en su manifiesto "el cinismo y la irresponsabilidad de esos mismos políticos, que después de haber creado un grave problema social en cada uno de nuestros pueblos, ahora niegan con la mayor desvergüenza la existencia de los proyectos, intentando dividir y silenciar a los movimientos vecinales hasta después de las próximas elecciones". De esta manera hacían referencia al anuncio realizado por el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, de paralizar los proyectos ante el rechazo popular. En cualquier caso, la consejería de Territorio aún no ha avalado la tesis de Fabra pese a que éste subrayó que era una decisión apoyada por el Gobierno valenciano.

En Salzadella, el proyecto prevé, a dos kilómetros del casco urbano de Tírig, la construcción de una planta de tratamiento de residuos con su correspondiente vertedero en 925.000 metros cuadrados para el tratamiento de 90.000 toneladas de Residuos Industriales, 25.000 toneladas de Residuos Estabilizados y 35.000 toneladas de Residuos Tóxicos y Peligrosos. En Les Coves, el polígono en tramitación pretende la ubicación del tratamiento de Residuos Tóxicos y Peligrosos a través de una planta fisicoquímica, otra planta de tratamiento de fitosanitarios y otra de lodos además de la construcción, a tres kilómetros del casco urbano de Torreblanca de un vertedero con una capacidad aproximada de 5.000.000 de toneladas. En Fanzara, incluye un vertedero de residuos de entre 12 y 30 metros de profundidad, con una capacidad para alrededor de un millón de toneladas. En este caso, Territorio ya ha desestimado la posibilidad de albergar residuos tóxicos por las características de permeabilidad del suelo.

Así, los proyectos que rechazan los vecinos supondrán que en un radio de 50 kilómetros se instalen tres vertederos de residuos tóxicos, lo que implicará que la provincia de Castellón importe residuos tóxicos de otras zonas de España y la ubicación de la mayor concentración de este tipo de vertederos en una sola provincia.

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