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Reportaje:Europa y el islam

"Hay que plantar cara con nuestros valores"

Dos políticos socialdemócratas de Dinamarca denuncian en un libro que se ha convertido en un éxito de ventas la ingenuidad de los demócratas europeos ante el radicalismo islámico

Han transcurrido sólo siete meses de las protestas en el mundo islámico contra la publicación en un diario de Dinamarca de las caricaturas de Mahoma. Ahora dos políticos socialdemócratas daneses se atreven a volver a la carga. Karen Jespersen y Ralf Pittelkow publicaron hace tres semanas un libro Islamister og naivister (Los islamistas y los ingenuos) que se ha convertido en un superventas con 21.000 ejemplares vendidos en un país de cinco millones de habitantes. Varias editoriales extranjeras se han ofrecido a traducirlo.

El libro es un duro alegato contra el radicalismo islamista que equipara con el nazismo y el comunismo "porque todas son ideologías totalitarias que pretenden invadir hasta los más mínimos detalles de la vida de los ciudadanos", explica Jespersen en una conversación telefónica.

Nazismo, comunismo e islamismo "son ideologías totalitarias que pretenden invadir hasta los más mínimos detalles de la vida", afirma Jespersen
Convencer a los inmigrantes de que se integren "no se logra doblegándose ante los radicales, sino plantándoles cara", advierte la ex ministra danesa
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"He visto a intelectuales de izquierdas manifestar su simpatía por Hezbolá [la milicia chíi libanesa que atacó a Israel] lo que es el colmo de la incongruencia", se lamenta Jespersen.

Antes incluso que su contenido lo primero que llama la atención de la obra son sus autores. No son derechistas del Partido Popular danés ni siquiera conservadores sino socialdemócratas reputados por su tolerancia. Jespersen, de 59 años, que en su juventud militó en formaciones de extrema izquierda, fue dos veces ministra, de Interior y de Asuntos Sociales, en gobiernos socialdemócratas y ahora es diputada.

Pittelkow, su marido, de 58 años, trabajó como asesor del primer ministro socialdemócrata Poul Nyrup Rasmussen y hoy en día es columnista del diario Jyllands-Posten que el 30 de septiembre de 2005 reprodujo las famosas caricaturas que provocaron la ira de los musulmanes.

"Si alguien está identificado con los valores de la libertad y de los derechos humanos somos los socialdemócratas", recalca Jespersen. "Por eso debemos estar en la vanguardia de su defensa mucho antes que los conservadores", añade.

En las sociedades europeas como la danesa los musulmanes se dividen, a grandes rasgos, según la ex ministra socialdemócrata, "entre aquellos que optan por la democracia y desean integrarse, los radicales que rechazan el sistema y una mayoría que oscila entre los dos". "Entre los jóvenes, sin embargo, el extremismo gana terreno".

"Es a esta mayoría a la que hay que convencer, pero ello no se logra doblegándose ante los radicales sino plantándoles cara con nuestros valores", asevera. Junto con una denuncia del radicalismo islámico, el libro es también un llamamiento a los demócratas europeos para que no sean "ingenuos y no contemporicen". Naivists, que figura en título de la obra, es una palabra inventada por los autores para describir a todos esos cándidos.

A Jespersen le preocupa la inmigración musulmana, que alcanza el 5% de la población de Dinamarca, pero no cree que su país tenga que cerrar las puertas a turcos y paquistaníes para abrírselas a ucranianos y búlgaros. "Todos gozan de los mismos derechos", sostiene. "Ahora bien, los Estados europeos tienen el deber, y los musulmanes la obligación, de integrarse", afirma. "El multiculturalismo ha ido demasiado lejos".

Ni que decir tiene que el libro ha disgustado a la comunidad musulmana de Dinamarca. Abdel Wahid Pedersen, un danés convertido y que ejerce como imán, declaró al International Herald Tribune que Jespersen y Pittelkow "son peligrosos porque al llevar el debate hasta esos límites logran que a los musulmanes moderados de este país les resulte más difícil encontrar un punto de equilibrio".

Redada contra el terrorismo

Jespersen insiste hasta la saciedad que su libro "no es una embestida contra el islam sino contra aquellos que hacen de él una interpretación extremista". Por eso no ha tomado ninguna medida de seguridad para protegerse de eventuales agresiones y eso que la presentación del libro, el 5 de septiembre, coincidió con una gran redada policial en Dinamarca contra presuntos terroristas.

Por eso también los autores no creen que su libro suscite reacciones equiparables a las que provocaron en su día las caricaturas del profeta. "La reacción de Europa ante la censura islámica fue débil", se lamenta Jespersen.

Mas allá de la quema de banderas danesas y de los ataques contra sus sedes diplomáticas la publicación de aquellas viñetas supuso, en los cuatro primeros meses de este año, una reducción del 17% de las exportaciones de Dinamarca a 25 países islámicos.

La caída de las ventas de productos alimentarios daneses, castigados por los consumidores que respondían a consignas de partidos e imanes, fue aún más llamativa: 35%. Mientras, los demás países europeos aumentaban sus exportaciones en un 10%.

Karen Jespersen y Ralf Pittelkow, en la portada de su libro.
Karen Jespersen y Ralf Pittelkow, en la portada de su libro.

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