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16 servicios de seguridad de EE UU califican el 11-M de ejemplo del terrorismo surgido por la guerra de Irak

Jorge A. Rodríguez

Un informe conjunto de 16 agencias de inteligencia de Estados Unidos, recién desclasificado por la Casa Blanca, asegura que los atentados del 11-M y del 7-J en Londres son el ejemplo de cómo ha cambiado la creciente amenaza del terrorismo islamista tras la guerra de Irak. El informe dice textualmente: "Los grupos yihadistas ven en Europa un foco importante donde atacar intereses occidentales. Las redes extremistas, integradas en las amplias diásporas musulmanas en Europa, facilitan el reclutamiento y los ataques urbanos, tal y como se puso de manifiesto en los ataques de Madrid, en 2004, y Londres, en 2005". Este párrafo del informe fue dado a conocer ayer en el Congreso por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ante una pregunta del diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo sobre la posible conexión entre el 11-M y ETA.

El informe de EE UU, titulado Amenazas del terrorismo global, la implicación de Estados Unidos, fechado en abril de 2004, explica cómo tanto Al Qaeda como "el yihadismo global" se han adaptado a las nuevas formas de contraterrorismo. "El movimiento yihadista global está descentralizado, carente de una estrategia global coherente y se está haciendo más difuso". A juicio de los expertos, las células y redes yihadistas son ahora más difíciles de combatir precisamente por su tendencia a convertirse en un enemigo difuso, al estilo de la definición de Sun Tzu, el general chino del siglo V antes de cristo autor del Arte de la guerra.

Los expertos aseguran que "la amenaza operativa de las células auto radicalizadas", como se considera a los autores del 11-M en todas las pesquisas, "esta creciendo en importancia (...) particularmente en el extranjero pero también en el territorio nacional".

Los espías norteamericanos explican que algunas organizaciones extremistas suníes, "como Jemaah Islamiya, Ansar al Sunanh y varios grupos norteafricanos" están expandiendo sus medios "y consiguiendo mayor capacidad para ataques múltiples y masivos fuera de sus áreas de operación". Los ataques en España involucran a varios de esos grupos norteafricanos, como el Grupo Islámico Combatiente Marroquí. Además, el borrador en árabe elaborado por Jamal Ahmidan, El Chino, para un comunicado sobre el atentado contra el AVE a Sevilla del 2 de abril de 2004 se reivindica la intentona, precisamente, para Ansar al Sunnah.

El informe subraya que el conflicto de Irak ha aumentado el nivel de amenaza terrorista para Estados Unidos y sus aliados. Esta apreciación de las citadas 16 agencias es coincidente con los análisis que desde primeros de 2003 vienen haciendo los servicios de información de las fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles, del CNI, de los servicios secretos de Reino Unido, Francia, Italia y Francia (entre otros) e, incluso, de los islamistas que reivindicaron el 11-M y de los autores del informe del "Departamento de Información para apoyar al Pueblo Iraquí", conocido en octubre de 2003 y en el que se recomendaba atacar a España como el eslabón más débil de los aliados para la guerra de Irak.

Rubalcaba se apoyó en el informe de EE UU para contestar a Del Burgo, quien preguntó si hay informes que vinculan a ETA con la matanza de Madrid. El ministro replicó que el pasado día 15 la Unidad Central de Inteligencia de la Comisaría General de Información le contestó por escrito lo siguiente: "No existe ningún informe en esta Unidad Central de Inteligencia que vincule los atentados del 11 de marzo en Madrid con la organización terrorista ETA".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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