Bruselas vigilará a Hungría para que aplique su plan de ajuste
La Comisión Europea apoyó ayer las medidas previstas por Hungría para reducir su déficit fiscal desde el actual 10,1% al 3,2% del Producto interior bruto en 2009, pero le reclamó una aplicación "rigurosa" de las mismas.
"La situación es muy grave", advirtió el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia. "Por desgracia, esto no es una gran sorpresa", añadió el comisario, que recordó las advertencias enviadas por las instituciones europeas a Hungría por la mala situación de sus cuentas públicas desde 2004. "Seguiremos observando de cerca la situación, comenzando por las discusiones presupuestarias para 2007, para verificar que las medidas anunciadas se aplican de forma completa", declaró.
El borrador del presupuesto del Gobierno de Hungría para 2007 contempla un recorte de un 10% en los ministerios, así como el despido de 7.000 empleados públicos, según publicó ayer el diario Népszabadsás, cercano a la izquierda. Las cifras del proyecto todavía pueden variar, pues la coalición socialista-liberal de Ferenc Gyurcsany tiene de plazo hasta el 31 de octubre para presentarlo al Parlamento, aunque según el periódico, que lo califica de "estricto pero precavido", no cambiará en sus directrices.
Menos burocracia
El texto propone reducir los ministerios de 14 a 11. Los trabajadores despedidos recibirán una indemnización de seis a siete meses de salario, el doble de lo normal. El diario añade que de llevarse adelante la reforma prevista en la estructura de la Administración, se podrían suprimir otros 14.000 empleos a finales de 2007.
El proyecto prohíbe renegociar los plazos de pago de la deuda de la Administración, así como los "contratos fantasma" (la contratación de empresas de servicios que subcontratan en negro a los trabajadores), práctica muy habitual. Además, los Ayuntamientos verán reducidas las ayudas estatales en un 5%, 39.000 millones de florines (unos 143 millones de euros), mientras que el Gobierno sólo garantizará fondos para los programas de desarrollo financiados por la UE.
"Sigue habiendo riesgos y desafíos sustanciales", advirtió Almunia, que citó en particular la "incertidumbre" sobre la capacidad de las autoridades húngaras para llevar a la práctica su compromiso de congelar el gasto público en 2007 y 2008. Asimismo, hizo referencia a la "debilidad" del control presupuestario y la tendencia al alza de la deuda pública.
Joaquín Almunia recordó que el déficit húngaro es el mayor de la UE y subrayó que su reducción resulta clave para el "bienestar" del país. Almunia anunció que propondrá al Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin) de la UE retrasar de 2008 al 2009 el plazo impuesto a Hungría para que sitúe su déficit fiscal por debajo del límite del 3% previsto en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
