El Fórum se adueña de la Mercè
La Guardia Urbana elude aplicar la ordenanza contra el incivismo para evitar incidentes
La explanada del Fórum ha relevado a Ciutat Vella como epicentro de las fiestas de la Mercè. Pasada la medianoche del sábado, cuando ya habían acabado -o se habían suspendido por la lluvia- los conciertos en el centro de Barcelona, miles de jóvenes tomaron la línea 4 del metro en dirección al Fórum. Unas 70.000 personas visitaron el recinto. Contra lo que había anunciado el Ayuntamiento, la Guardia Urbana fue permisiva en la aplicación de la ordenanza cívica. Ello evitó incidentes, pero favoreció que el botellón y los lateros se adueñaron de las calles, que también acumularon suciedad.
El concierto de la MTV cerró la noche de fiesta en el Fórum a las cinco de la madrugada. Una hora y media después, aún podían verse hileras de jóvenes abandonando el recinto. "Está siendo un éxito absoluto", destacó un responsable de Barcelona Serveis Municipals. Como auguró el ex alcalde Joan Clos, el Fórum ha servido para descongestionar el centro de la ciudad en encuentros multitudinarios como la Mercè. Y además, sin altercados ni peleas. "Todo va de maravilla, en parte gracias a la lluvia", comentó el jefe de la brigada de la Guardia Urbana destinada a la zona, informa Roger Cassany.
Incidentes no hubo, pero sí incivismo. Y sobre todo, mucho alcohol. Durante toda la noche, cientos de adolescentes salían de la parada de metro de Maresme-Fòrum con litronas, garrafas de calimocho y refrescos para mezclar. La línea 4 se colapsó. A partir de la 1.30, el personal de seguridad tuvo que regular la entrada de gente para evitar el caos en los andenes.
Mientras, en el Casc Antic de Barcelona los lateros hacían su agosto ante la indiferencia de la Guardia Urbana. A los tradicionales vendedores ambulantes de cerveza se sumaron dos chicas, que ofrecían "dosis afrodisíacas" -un brebaje casero- por 2,5 euros. La policía local optó por tener la fiesta en paz y apenas intervino ante los actos incívicos que se repitieron en las calles: hombres orinando junto a las paredes, chicos y chicas bebiendo, y hasta algún conato de violencia, que no fue secundado por la masa, en la plaza de la Catedral. Otro ejemplo: las 1.950 papeleras de cartón distribuidas por el consistorio permanecían medio vacías, mientras que el suelo quedaba sembrado de latas.
Aunque la suciedad se acumulaba, los servicios de limpieza municipales no actuaron de forma inmediata. Días antes, el concejal de Servicios Urbanos, Francesc Narváez, se había comprometido a limpiar nada más acabar los conciertos. No fue así.
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