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El fenómeno de la inmigración

Frontex ordena extremar la vigilancia de los pesqueros

La reciente llegada de un barco con 160 asiáticos pone en alerta a las patrulleras

Los medios marítimos, aéreos y terrestres desplegados en el litoral africano, desde el norte de Mauritania (en la frontera con el Sáhara Occidental) hasta la frontera de Senegal con Guinea-Bissau, y en Cabo Verde han recibido instrucciones de extremar la vigilancia de los barcos pesqueros y de intervenir en caso de que sospechen que transportan inmigrantes irregulares, según ha confirmado el teniente Eduardo Lobo, al mando de la base operativa de Frontex en la comandancia de la Guardia Civil en Santa Cruz de Tenerife.

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Desde la llegada hace una semana a Tenerife del barco Al-Mari con 160 asiáticos (que aún no se ha logrado repatriar a Pakistán), los mandos han solicitado a los miembros de este dispositivo desplegado por la Unión Europea para el control de las fronteras que sospechen cuando alguno de los cientos de pesqueros que faenan en la costa occidental de África presente características extrañas, como carecer de bandera, carecer de aparejos de pesca, un casco de aspecto abandonado u oxidado y no responder a las señales de radio.

Muchos de los barcos dedicados a la inmigración clandestina llegados a Canarias en los últimos seis años ocultaban a los inmigrantes en bodegas apelotonados, sin ventilación, sin apenas agua y comida, llenos de suciedad y excrementos, para evitar que un vuelo de reconocimiento o una inspección ocular desde la distancia pudiera detectar elementos extraños a bordo, aparte de la tripulación.

Las patrulleras que rastrean el litoral de la costa occidental africana (cinco en Mauritania y cuatro en Senegal) están equipadas con radares de navegación, que detectan objetos hasta 15 millas de distancia, radares de vigilancia con 5 a 10 millas de alcance y cámaras térmicas para comprobar que efectivamente se concentran más personas a bordo, con tres millas de alcance. El teniente Eduardo Lobo confirma que, "en principio", no está previsto continuar con el despliegue Frontex más allá de la frontera sur de Senegal. "Un cayuco que parte desde Dakar necesita al menos 3.000 litros de combustible para llegar a Canarias", informa; "si lo hace desde más al sur, tiene que repostar en uno de los puntos de la costa donde ya tenemos el despliegue operativo".

El mando del instituto armado reconoce que las labores de detección de un cayuco con inmigrantes "no son fáciles". Lobo sabe que "cada mañana, desde un solo punto como Casamance o Dakar, parten más de trescientos cayucos para pescar de forma artesanal; discriminar que lo hacen para eso o que, en alta mar, harán el embarque definitivo para marchar a Canarias es muy difícil".

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Lobo advierte de que, contrariamente a las pateras que construían los magrebíes en el desierto para embarcar sin papeles desde las costas del Sáhara, los enormes cayucos de 25 a 30 metros de eslora "no los construyen específicamente para la inmigración, sino que forman parte de la cultura de Senegal desde hace cientos de años. Están acostumbrados a pescar en alta mar, a más de 50 millas de la costa, a recorrer miles de kilómetros durante días y semanas" por todo el Golfo de Guinea.

El teniente de la Guardia Civil, adiestrado en España y por la marina guardacostas de los Estados Unidos, alaba la pericia de los marineros senegaleses. "Con un rudimentario y sencillo aparato GPS de la marca Garmin 10 o Garmin 15 que apenas te marca el origen y el destino clavan casi a la perfección su punto de llegada en Los Cristianos (Tenerife), superando vientos, fuertes corrientes y oleajes; son unos marineros muy experimentados", añade.

Ayer llegaron a las islas tres embarcaciones con 212 sin papeles. Una patera de seis metros con veinte magrebíes, un cayuco con 52 subsaharianos y un cayuco más grande, de casi 25 metros, con otros 140 subsaharianos. Esta última embarcación se paseó toda la mañana por el litoral de Tenerife sin que fuera detectada, hasta que unos vecinos avisaron a los servicios de emergencia.

Un inmigrante herido es atendido por agentes de la Guardia Civil y la Cruz Roja en Tenerife.
Un inmigrante herido es atendido por agentes de la Guardia Civil y la Cruz Roja en Tenerife.EFE

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