Dos excavadoras cortan sendos cables en Sants y Sant Sadurní, y retrasan 65 trenes

Las obras del AVE siguen provocando retrasos en las líneas del tren convencional. Si anteayer fue la rotura de un cable en Sants por una excavadora lo que provocó retrasos en unos 200 trenes, ayer se repitió la situación. Otra excavadora cortó otro cable en Sants, lo que bloqueó el sistema de señalización. Esta vez, sin embargo, fueron sólo 53 los trenes afectados. No obstante, hubo más problemas, porque otra excavadora cortó otro cable, esta vez en las inmediaciones de Sant Sadurní d'Anoia, y quedó afectada la catenaria. El resultado fueron otros 12 trenes con retrasos.

Sants no fue ayer el hervidero del martes porque el incidente se produjo sobre las nueve de la mañana, prácticamente superada la hora punta, y quedó solucionado casi totalmente hacia la una de la tarde, es decir, antes de la segunda avalancha del día. Los retrasos medios por la avería de Sants fueron de unos 15 minutos, y el número de trenes que circularon con retraso, 53, una cuarta parte de los del día anterior. Además, a esas horas el número de usuarios es mucho menor, por lo que los afectados ayer se calculan en unos 20.000 como máximo, apenas una quinta parte de los del día anterior.

La empresa responsable de las excavadoras que han cortados dos días seguidos los cables de señalización de Sants es Sacyr.

El otro corte se produjo también en la obras del AVE, pero en las inmediaciones de la estación de Sant Sadurní d'Anoia y, casualmente, sobre la misma hora. La excavadora segó un cable y afectó a la catenaria, de manera que se interrumpió el suministro eléctrico en una parte de la línea. Los retrasos en esta línea, la de Vilafranca del Penedès, fueron ligeramente superiores: 22 minutos de media, aunque hubo un tren que acumuló un retraso de 78 minutos. El número total de convoyes afectados fue de 12.

El Adif, empresa pública que gestiona las obras y las vías, había calculado que la reparación de la avería de Sant Sadurní podría prolongarse hasta las cinco de la tarde, pero se pudo terminar unas tres horas antes de lo previsto.

La acumulación de problemas en Cercanías llevó al alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, a reclamar a Renfe que aumente la información al usuario, además de reclamar la participación municipal en la gestión de los servicios de Cercanías junto con la Generalitat.