Batalla campal en las calles de Budapest
Miles de manifestantes atacan la televisión pública para exigir la dimisión del primer ministro
Miles de manifestantes se enfrentaron anoche con la policía antidisturbios y atacaron el edificio de la televisión pública húngara para exigir la dimisión del primer ministro, Ferenc Gyurcsány, del Partido Socialista y en el Gobierno desde 2004. Son los incidentes más graves desde la caída del régimen comunista a finales de los años ochenta.
Al grito de "¡56!", en recuerdo a la sublevación de Budapest contra la URSS, miles de personas tomaron las calles indignadas contra el primer ministro y se dirigieron primero al Parlamento. La agencia oficial de noticias informó de que entre los manifestantes había elementos de la extrema derecha.
Pese a ello, la ira popular tenía un motivo: la emisión por Magyar Rádió de una grabación en la que se escucha al primer ministro admitir un engaño a los ciudadanos durante una reunión de la directiva de su partido, el 26 de mayo. "Mentimos durante un año y medio". Lo sucedido es algo "nunca visto en la Unión Europea". También dice que la economía se mantuvo a flote por la "divina providencia" y "cientos de engaños". "Lo hicimos en secreto para que no se publicara nada antes de las elecciones".
El Partido Socialista apoyó en un principio a su primer ministro, pero el presidente de Hungría, Laszlo Solyom, calificó lo ocurrido de "crisis moral". Las formaciones de centroderecha Fidesz, Partido Democristiano y Foro Democrático han solicitado la dimisión de Gyurcsány por razones éticas. Afirman que no puede seguir en su puesto tras mentir al electorado. La manifestación para pedir su dimisión empezó en la noche del domingo y se mantuvo durante el día de ayer.
La prensa local informó de que entre los manifestantes había miembros de varias organizaciones de la extrema derecha, como el Frente Nacional Húngaro. En la noche cientos de manifestantes se dirigieron hacia el edificio de la televisión pública, siguiendo la consigna de László Toroczkai, dirigente de una organización ultra que exigía que se leyese una proclama en directo, informó la agencia MTI.
Coches quemados
Los participantes, en su mayoría jóvenes, se enfrentaron a los agentes de las fuerzas de seguridad que custodiaban el edificio lanzando piedras, a lo que la policía respondió con gas lacrimógeno y cañones de agua a presión. Después de la actuación policial, una gran parte de los manifestantes abandonó el lugar, aunque la televisión TV2 informó de que numerosos policías resultaron heridos y los manifestantes incendiaron automóviles.
Más allá de la revelación contenida en la cinta, los manifestantes han lanzado alegatos contra el programa de ajuste anunciado por el Gobierno, aplicado para consolidar la economía del país y reducir el elevado déficit presupuestario del 10,1% previsto para 2006.
Gyurcsány fue reelegido en las elecciones de abril y comenzó su mandato con el anuncio de duras medidas de ahorro para consolidar la economía y reducir el elevado déficit presupuestario.
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