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Un sindicato policial denuncia insalubridad y violencia en los centros canarios de inmigrantes

"Tres menores han sido atendidos por asfixia en la comisaría donde falleció un subsahariano"

Los dos campamentos militares de Las Raíces (en el municipio de La Laguna, Tenerife), con más de 3.000 inmigrantes irregulares subsaharianos recluidos en tiendas de campaña, tienen una carencia extrema de medios humanos y materiales, están en condiciones insalubres, presentan peligro de brotes infecciosos y son escenario de frecuentes peleas entre los internos. Así lo recoge un informe redactado por agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP).

Los dos campamentos militares de Las Raíces (en el municipio de La Laguna, Tenerife), con más de 3.000 inmigrantes irregulares subsaharianos recluidos en tiendas de campaña, tienen una carencia extrema de medios humanos y materiales, están en condiciones insalubres, presentan peligro de brotes infecciosos y son escenario de frecuentes peleas entre los internos. Así lo recoge un informe redactado por agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) destinados en esas instalaciones y remitido al Sindicato Unificado de Policía (SUP).

Las dos instalaciones, habilitadas para acoger a los inmigrantes que llegan al archipiélago en cayucos y no caben en los centros de acogida, sólo están custodiadas por seis y tres policías nacionales, respectivamente, las duchas se han convertido en pozas estancadas que nadie limpia, los contenedores de basura están repletos, el olor es nauseabundo y hay en ellos un ambiente de violencia entre los internos, según el informe.

El documento, hecho público ayer por Europa Press, contrasta radicalmente con el informe de una comisión de europarlamentarios adscritos a la Comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior del Parlamento Europeo que en junio visitó estos campamentos. El deterioro que han sufrido las instalaciones es absoluto, a raíz de las situaciones descritas por los propios policías. Entre las carencias materiales, el documento distribuido ayer asegura que las furgonetas con que cuentan los agentes están "prácticamente en situación de desguace y una suciedad inadmisible, debido al terreno polvoriento en el cual se ubica el centro".

El campamento de Las Raíces comenzó por alojar a unas decenas de inmigrantes en una construcción abandonada del Ejército de Tierra, acondicionada con colchonetas y mantas. Ante la llegada de miles de subsaharianos, una compañía de zapadores preparó el terreno para 500 plazas en tiendas de campaña, que ha ido aumentando hasta superar las 3.000. Tanto el SUP como la Confederación Española de Policía (CEP) han transmitido desde hace semanas la preocupación de los agentes por su inferioridad frente a miles de inmigrantes y su incapacidad para detener una revuelta organizada. Entre los elementos defensivos, los agentes destinados en los dos campamentos de Las Raíces sólo cuentan con "dos bocachas con una canana de pelotas de goma y un solo pocket (transmisor)". Tampoco disponen de suficientes mascarillas y guantes de látex y carecen de linternas.

Los policías aseguran temer por su salud. Según la información divulgada ayer, "están expuestos a contraer cualquiera de las enfermedades de los inmigrantes", entre las que mencionan sarna, paludismo, tuberculosis, pulgas y piojos.

Lejos de la limpieza, orden y buen mantenimiento de las instalaciones que alabaron los eurodiputados en junio pasado, los policías que trabajan en los campamentos describen una situación dantesca: "Al ser tantos internos, los váteres portátiles desprenden un olor nauseabundo; las duchas son una poza de agua estancada por las cuales han pasado miles de personas, nunca las han limpiado y desprenden un olor insoportable". A ello, los policías añaden "contenedores de basura, casi siempre llenos a rebosar, con restos de comida y un olor que no envidia en absoluto a los anteriores".

Esta situación empeora aún más cada vez que los inmigrantes tienen que compartir servicios comunes facilitados para una estancia más cómoda. El informe policial destaca las "continuas peleas" que se producen en cabinas de teléfono, televisión, máquinas de bebidas y tabaco e, incluso, "cuando viene a diario una furgoneta con bollos".

El SUP añade que 13 menores tuvieron que ser atendidos de asfixia cuando se encontraban recluidos en los garajes de la comisaría del sur de Tenerife, junto con otros mil inmigrantes, a la espera de declarar ante la policía. El SUP denuncia que, en esa comisaría, donde hace dos días falleció un inmigrante, un grupo de 40 menores convive con otro de 140 adultos subsaharianos y con delincuentes comunes. Todos ellos sólo están custodiados por un agente, añade el sindicato.

Los policías consideran que la situación que viven los funcionarios y los inmigrantes "roza la tragedia", aunque denuncian que "se preveía con antelación, por la falta de previsiones". Los inmigrantes "llegan en mal estado de salud debido a la travesía, otros enferman en sus países de origen; luego son hacinados como bestias en lugares y espacios que no reúnen las mínimas normas de salubridad".

El documento insiste en la "escasez de personal policial y sanitario". Respecto al número de agentes, el SUP recuerda que sólo cuatro funcionarios por turno custodian más de 1.300 inmigrantes hacinados en esta comisaría.

[Un total de 209 inmigrantes llegaron anoche a las costas andaluzas en varios cayucos. En el más numeroso, que arribó en Motril (Granada) tras ser interceptado por una lancha de Vigilancia Aduanera, viajaban 66 inmigrantes marroquíes, 20 de ellos menores].

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