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Los ecologistas celebran el cierre de la central de Garoña como un golpe a la industria nuclear

La empresa que gestiona la instalación espera el informe del Consejo de Seguridad Nuclear

No es sólo Garoña, se trata de un "un golpe mortal a los intereses de la industria nuclear" en España. Con este entusiasmo se pronunciaron ayer Greenpeace y otras organizaciones ecologistas al saber que el Gobierno ha decidido cerrar la central nuclear de Garoña (Burgos) en 2009, pese a que los propietarios han pedido prolongar su vida más allá de esta fecha (véase EL PAÍS de ayer). Los ecologistas coincidieron en que la satisfacción no detendrá sus reivindicaciones, que pasan por el cierre total del parque nuclear español y que ninguna central mantenga su funcionamiento más allá de los 25 años.

Greenpeace subrayó que el cierre de la central de Garoña debería incluso adelantarse, a tenor de los "importantes problemas" que según esta organización tiene la central, sobre todo el "agrietamiento múltiple por corrosión en diversos componentes de la vasija del reactor". La organización ecologista aprovechó además para pedir el cierre de la central de Almaraz (Badajoz) para 2010.

Los Verdes confían que la decisión supondrá un impulso para las energías renovables

Por otro lado, Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF/Adena, pidió que el Gobierno ponga "fecha de defunción" a todo el parque nuclear español y se felicitó por la supuesta victoria de las tesis del Ministerio de Medio Ambiente sobre las de Industria, encabezado hasta este mes por José Montilla, a quien acaba de sustituir Joan Clos.

Por su parte, Nuclenor, la empresa propietaria de la central de Garoña, precisó que se encuentra a la espera del informe del Consejo de Seguridad Nuclear sobre su petición para proseguir la explotación de la planta más allá de 2009, según señaló el director de relaciones externas, Antonio Cornadó. Éste consideró "sorprendente" el plan de cierre y explicó que antes de tomar una decisión, es "preceptivo, aunque no vinculante" que el Gobierno atienda a las conclusiones de dicho informe. "Tenemos que tomar las cosas en su justa medida", dijo Cornadó, "y se trata de una información periodística, aunque lo que nos parece más relevante es que cita fuentes del Gobierno". Recordó que la central cuenta con permiso de explotación hasta 2009 y que "no responde a especulaciones".

El secretario general del PSE-EE de Álava, Txarli Prieto, admitió sin embargo que el Gobierno está trabajando para cerrar la central burgalesa, aunque también pidió "prudencia y tranquilidad". "El Gobierno ha decidido cerrar esta central y no renovar el permiso de funcionamiento que ha solicitado la planta para continuar con su actividad después de 2009", dijo el político vasco. En relación con la pérdida de empleos, Prieto explicó que el ejemplo de lo ocurrido con el cierre de Zorita ha demostrado que "es importante trabajar no solamente en la fecha de cierre, sino también en qué alternativa se da a la economía y al empleo que generan estas centrales". Aseguró que José Montilla, que ha dejado el Ministerio de Industria para lanzar su candidatura a la presidencia de la Generalitat de Cataluña, siempre ha sido "muy receptivo" a trabajar en estas cuestiones y emplazó a esperar a que Joan Clos "se haga con las riendas" del Ministerio para volver a plantear estas cuestiones.

El partido Los Verdes juzgó como "gesto de coherencia" del Gobierno el cierre de Garoña, a la que consideran "obsoleta y peligrosa". Su portavoz y diputado en el Congreso, Francisco Garrido, apuntó que este cierre "debe ser el comienzo del fin de la energía nuclear en España y el principio de una apuesta decidida por el cambio en el modelo energético hacia las energías renovables".

El portavoz de Izquierda Verde (IU e Iniciativa) en el Congreso, Joan Herrera, calificó el plan como una "victoria del movimiento ecologista" y consideró que la salida de Montilla de Industria ha favorecido la decisión. "Era un obstáculo", declaró el dirigente ecosocialista.

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