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Entrevista:Nuevos vascos | Rodrigo Matus

"América Latina necesita ideas, cultura y tecnología"

"Septiembre es el mes de Chile. El 11 de septiembre es un día que marcó la Historia de una manera muy triste en 1973. Yo tenía seis años ese día", recuerda Rodrigo Matus sobre la muerte de Salvador Allende en su tierra natal. "Mi padre y mi madre estaban muy implicados en el proyecto de Allende. Ellos votaron por él y celebraron muchísimo su elección en casa [el 4 septiembre de 1970]. Mi padre me llevó sobre los hombros a ver a Fidel Castro en su visita a Chile en 1971. Fueron tiempos convulsos que recordaré para siempre", asegura Matus, ahora afincado en Bilbao.

"Recuerdo de aquel día 11que mis papás lloraban. Estaban con mucho miedo y yo sentía ese miedo también. Ellos temían las detenciones, estaban angustiados", comenta. ¿Tan terribles son sus recuerdos de niño? "También tengo buenos recuerdos de infancia. Nací", evoca, "en una ciudad bonita, colonizada por los alemanes, al lado de un lago y de dos volcanes, y a 20 kilómetros del mar".

"Chile ya no es un país de emigrantes; ahora salen para estudiar, para formarse"

Fue tras su ingreso en la universidad para estudiar derecho, cuando a Matus se le despertó la vocación política que ya había mamado en su hogar. "Entré en un colegio mayor en Santiago de Chile, la residencia universitaria Cardenal Caro. Por allí pasó mucha gente que luego significó algo en la historia de Chile y allí me introduje en la política. Hice amigos, especialmente uno: Enrique Correa", relata. Correa luego le ayudaría en el trabajo y cuando quiso marcharse a Bilbao. También en la residencia universitaria entró en contacto con la masonería, organización a la que pertenece y que ha sido y sigue siendo su salvaguarda en cada uno de sus pasos. "He tenido mucha suerte con los amigos, hay muchas personas me ayudaron", reconoce.

Matus llegó a la capital vizcaína hace ya siete años para atendido de una enfermedad que no podía ser tratada en su país. Aquí sigue y afirma que ya no se marchará. "No regresaré a vivir a Chile, porque aquí tengo mis amigos, mis amores, mis querencias". Sin embargo, ya que su marcha no fue por motivos económicos ni políticos, vuelve a su país a menudo y por largos periodos de tiempo. De esta manera controla la nostalgia. Así, y ejerciendo de chileno en Bilbao.

Preside el Centro Cultural Pablo Neruda (teléfono: 944 478 861), dedicada a promocionar Chile entre los vascos y a solventar la añoranza por el país abandonado. "Para participar en la asociación, vale simplemente con que seas chileno. Luego, si quieres, te haces socio", indica Matus. Se reúnen todos los sábados, a las 19.00, en unas dependencias de la iglesia de San Felicísimo, en Deusto. El centro dispone de un grupo folclórico que se llama Millantú. También realizan conferencias, ciclos de cine chileno, exposiciones, muestras de artesanía y otras actividades. Ahora, en septiembre, están especialmente activos conmemorando el mes con exposiciones, charlas y un ciclo de documentales.

La preocupación de Rodrigo Matus por su país le hace estar en permanente contacto con los que allí siguen. Por ello, conoce de cerca las necesidades de la población. "Cuando regreso a Chile, cosa que hago afortunadamente a menudo, me llevo cosas necesarias. En el último viaje, una silla de ruedas. En Chile, más que dinero se necesitan cosas concretas. Y, en otro orden de cosas, lo que América Latina en su conjunto necesita son más ideas, más cultura, más tecnología. Necesitamos que nos enseñen a administrar y a organizar", asegura.

Se encuentra esperanzado por la presidencia de Michelle Bachelet y piensa que ahora su país ofrece un futuro a los suyos. Hubo un tiempo en que de Chile salían muchos perseguidos, muchos que temían por su vida. "Ahora los chilenos ya no emigran por Pinochet, eso ya pasó. Chile ya no es un país de emigrantes, da un futuro a los chilenos", afirma. Sin embargo, sigue habiendo chilenos que salen del país. "Ahora se emigra para estudiar, para obtener una formación. Eso es algo que ha impulsado el Gobierno chileno, el que los chilenos acudan a Europa a formarse. Luego muchos se quedan, unos se enamoran, otros consiguen un contrato de trabajo... Así es la vida", explica Matus. A él le ha pasado algo parecido. Bilbao y los bilbaínos le han acogido y apreciado y aquí se encuentra ahora su vida y, como dice, sus amores. Matus calcula que en Euskadi habrá "unos 450 chilenos; muy pocos".

Cree, por otra parte, que los vascos no están suficientemente informados sobre su tierra. "Aquí se conoce poco Chile. Esto de que los vascos empezaran a salir al extranjero y a viajar por el mundo es algo reciente. Y para conocer un país hay que visitarlo. La historia chilena se desconoce". Y eso que opina que la relación entre el País Vasco y Chile es "muy fuerte", y cita a Miguel de Unamuno para corroborarlo: "El escritor decía que hay dos cosas que se le pueden atribuir al ingenio vasco: la Compañía de Jesús y la República de Chile".

Matus se define a sí mismo como "el producto de un Chile justo, solidario", un país que procura que los suyos "tengan oportunidades". Lo mismo que él procura ahora para sus compatriotas: un refugio, un recuerdo, una acogida, una oportunidad en tierra extraña.

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