"Nos gusta que en una canción ocurran muchas cosas"
Tras vender más de 2.700.000 ejemplares de sus tres discos anteriores, el dúo catalán Estopa publicó en noviembre pasado Voces de ultrarumba (Sony-BMG), un disco con algo de rock, algo de pop, algún guiño oriental, toques ska y mucha rumba. José Muñoz (Barcelona, 1978) toca la guitarra y compone todas las canciones junto a su hermano David, quien les pone voz.
Pregunta. ¿Por qué esa fijación con la rumba?
Respuesta. No sé. Échale la culpa a mi padre, a nuestro entorno, a nuestro barrio. Hemos mamado una infinidad de grupos calorros en Cornellá, porque la rumba no creo que tenga mucho que estudiar.
P. Han buscado compaginar sencillez y variedad.
R. Sí, es un poco nuestro modo de componer. Una canción empieza de una manera y muta, como La Patrulla X; se acelera el tiempo, aparecen guitarras eléctricas de repente... Nos gusta que en una canción ocurran muchas cosas, que haya tramas y muchos cambios de ritmo. Luego hay canciones que son la típica rockera o la típica rumbera, ahí no hay experimentos.
P. ¿Se siguen considerando un grupo callejero?
R. No nos gustan las etiquetas. Ésa podría valer, porque hablamos cosas de la calle, pero nunca nos han gustado. Como pop. Nosotros nos hemos cagado en la madre que le parió al pop, y ahora va a resultar que somos poperos, ¿sabes?
P. ¿Por qué atraen tanto a la juventud sus temas, surtidos de fauna de bar y porros?
R. No sé, quizá porque es lo que se ve, lo que se oye y se vive. Quizá alguien se siente identificado, porque no hablamos de cosas irreales, ni de un mundo feliz. Siempre nos han gustado más las canciones de perdedores.
P. ¿Qué les ha dado la música?
R. Digo yo que nos habrá cundido algo, porque siempre se aprende, aunque no quieras hacerlo. Habremos aprendido de nuestros errores y también nos ha dado dinero, pero nuestra manera de ver la vida sigue siendo la misma. Seguimos teniendo los mismos gustos que antes.
P. ¿Los músicos ganan el dinero muy fácilmente?
R. Hombre, hay de todo. Muchos están tocando en la calle y son buenísimos, no han tenido la oportunidad de vivir de esto. Conozco mogollón de casos. Nosotros en su día dejamos de trabajar para estar cobrando el paro durante un año, que era lo que teníamos, nos arriesgamos y nos salió bien. Sin duda, somos unos privilegiados.
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