Una escuela de 44 nacionalidades
El intenso crecimiento de la población en Canarias está desbordando los colegios
El colegio elegido el año pasado para que los Reyes inauguraran el curso escolar [hoy lo hacen en Asturias] ya está completamente desbordado por la avalancha de inmigrantes a Fuerteventura. Según la presidenta de la Federación de Madres y Padres de la isla, Dolores Mesa, el nuevo centro Francisco Navarro Artiles de Puerto del Rosario, incumple la legislación, porque nada más estrenarlo han tenido que añadirle aulas prefabricadas.
De los 13.000 alumnos de la isla majorera, aproximadamente 2.500 son extranjeros procedentes sobre todo del norte de Europa, Hispanoamérica o África. En muchos colegios de la isla llega a haber más de 44 nacionalidades; sin embargo, "la llegada de alumnos foráneos", dice el viceconsejero de Educación de Canarias, Fernando Hernández, "no es un problema, sino un reto. Existen dificultades individuales pero en ningún caso globales".
Para Nicolás Gutiérrez, nuevo director insular de Educación de Fuerteventura, el crecimiento desmesurado de la población en la isla, que en los últimos 10 años prácticamente se ha duplicado, ha traído consigo la saturación de las aulas. Se inauguran centros pero inmediatamente quedan desbordados, afirma sin tapujos este maestro de primaria.
La especulación urbanística es la responsable de este caos, opina Dolores Mesa. "Construyen y construyen pero no dejan terreno para hacer colegios. El peor colegio de Fuerteventura está en El Matorral y todo porque hace tres años que esperamos que el ayuntamiento de Antigua entregue un solar para hacer un centro escolar en El Castillo, una de las zonas turísticas de la isla con mayor crecimiento poblacional".
Y persisten los problemas de fracaso escolar y escasa integración cultural. En las localidades turísticas entre un 30% y un 40% de los alumnos no terminan la educación secundaria obligatoria, afirma el viceconsejero de educación.
El profesor del instituto Santiago de Alcalá de Puerto del Rosario, Jesús Giraldez, uno de los portavoces de la asamblea contra el deterioro de la educación de Fuerteventura, critica que para el Gobierno de Canarias la simple escolarización sea un éxito, aunque falte calidad y se den casos donde se tengan que habilitar pasillos como aulas. Además, dice, faltan medidas concretas para atender a la diversidad. Giraldez protesta porque el plan general de la capital de la isla, Puerto del Rosario, prevé un crecimiento aproximado de 40.000 habitantes actuales a 150.000. Sin embargo, no se prevé suelo para colegios.
El propio documento institucional del Cabildo Insular de Fuerteventura sobre la planificación turística alarma de la situación insostenible de seguir la pauta actual de crecimiento. La población aumentaría en 113.220 habitantes, de los que entre un 15% y un 20% estaría en edad escolar, por lo que se necesitarían alrededor de 20.000 nuevas plazas de colegio, lo que supondría que la administración se vería obligada a hacer una inversión de miles de millones de euros.
Giraldez resume la diversidad internacional de este curso en su clase: dos magrebíes, uno de los cuales no hablaba una palabra de español y otro que recaló en nuestras costas tras jugarse la vida en una patera; un venezolano, un chino, una mexicana, una finlandesa, una sahariana, una brasileña, un serbio y tres colombianos. Afortunadamente para mí, una colombiana, recién llegada de Suiza y con escasos conocimientos de alemán, me servía de enlace comunicativo con la niña búlgara que se incorporó al final.
Y el año pasado después de cerrar el periodo de inscripción en el mes de mayo llegaron a la isla 500 niños de distintas nacionalidades, una situación que rompe cualquier planificación.
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