El misterio de la guerra del Sáhara
El comandante Mahjoub Tobji no logra desvelar en su libro el número de muertos que causó la guerra del Sáhara en las filas del Ejército marroquí. Seguirá siendo un secreto. Se indigna, eso sí, de que "no se pueda visitar [en Marruecos] un cementerio en el que estén sepultados los muertos de esta guerra sucia". El enemigo, el Frente Polisario, enterraba, en cambio, a sus caídos en el desierto, pero lejos de las trincheras marroquíes. "Pude comprobar varias veces cómo enganchaba sus muertos [a sus vehículos] con un rezón y se los llevaba más lejos para darles sepultura allí donde podía hacerlo". El objetivo era hacer creer al adversario que no había tenido bajas durante el ataque.
Tampoco se sabe cuántos guerrilleros del Polisario perecieron durante la contienda. El comandante sí revela que apenas "una veintena" de milicianos saharauis fueron capturados por el Ejército marroquí mientras que 2.300 soldados de las Fuerzas Armadas Reales cayeron en manos del Polisario. La desproporción es brutal. Los últimos prisioneros marroquíes fueron liberados en 2005, algunos tras casi 25 años de cautiverio.
Los militares marroquíes preferían a veces, según Tobji, rendirse. Lo hacían por razones pecuniarias. Entregarse al enemigo significaba que sus familias seguirían cobrando la paga sin interrupción. Caer en el combate obligaba a las esposas a tramitar durante meses, y sin recibir un dírham, la pensión de viudedad.
"Supe después que la Administración decidió otorgar 15.000 dírhams (1.400 euros) a cada viuda hasta que regularizase su situación" y obtuviese la pensión, recuerda el comandante. Pero un general conocido, cuyo nombre proporciona, "se metió buena parte de ese fondo en el bolsillo" y las viudas se quedaron en albis.
Tobji también confirma que muchos saharauis alistados a la fuerza en el Ejército marroquí aprovecharon el fragor de los combates "para pasarse al Polisario con sus armas y equipamiento". "Esas unidades [mixtas] sirvieron sobre todo para proporcionar al enemigo personal adiestrado y armamento".
"A nuestra jerarquía militar no se le ocurrió nada mejor que llevar a esos lugares [apartados del desierto] el alcohol, la corrupción y la droga", se queja el comandante. "Por rechazo de ese Marruecos, numerosos saharauis fueron partidarios del Polisario".
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