Plutón, la IAU, y los medios de comunicación

Como astrónomo profesional, quiero hacer unas puntualizaciones sobre la noticia que ha estado ocupando la prensa durante esta semana en cuanto a Plutón y la definición de un planeta.

La primera de ellas es sobre valores culturales. En la Asamblea General de la Unión Internacional de Astronomía (la IAU) celebrada en Praga, se presentaron literalmente miles de resultados de trabajos de investigación, muchos de ellos de gran valor científico. Sin embargo, de los dos o tres trabajos científicos que llegaron a los medios de comunicación, el único que realmente impactó y produjo titulares en las primeras páginas de la prensa fue el de la redefinición de Plutón, que no representa ningún avance en nuestro conocimiento del universo.

En cierta forma eso no sorprende, dada la importancia de los planetas en el esquema de la enseñanza primaria y secundaria, la consecuente posible necesidad de reescribir los libros de texto, y además las implicaciones de la pérdida de un planeta para la astrología. Por el contrario, un sondeo informal entre unos cincuenta colegas en varios países sobre el grado de importancia que ellos asignaron al tema produjo una respuesta casi uniforme: bien poca.

Es una pena que la IAU haya caído en esta trampa clásica de la publicidad: "Cualquier publicidad es mejor que nada". Mientras un papel legítimo de la IAU es dar los nombres oficiales a objetos fuera de la Tierra (los cráteres de la Luna y de los planetas, los nombres de los asteroides y de los propios planetas, entre otros) para evitar caos en estos temas, no se ha considerado suficientemente la diferencia entre nombrar un objeto y definirlo. En el caso de Plutón, creo que han intentado lo imposible y casi seguro lo indeseable.

Para ilustrar este punto, entre las galaxias hay galaxias pequeñas que se nombran "enanas", y nadie dice que no son galaxias. Hay estrellas "enanas" también, el Sol es una estrella enana, y ningún astrónomo negará al Sol su condición de estrella. Con lo cual, al decidir por la clasificación de "planeta enano", la IAU ha dejado abierta la posibilidad de seguir llamando "planeta" a Plutón. Para resumir, la decisión es una chapuza.

Y si tenemos muy en cuenta que solamente 300 de los más de 2.000 de los astrónomos que asistieron en Praga votaron sobre el tema, y que no había forma prevista para que votaran los más de 4.000 miembros de la IAU que no participaron en la Asamblea General de Praga, está claro que el tema se ha cerrado en falso. Es más, cualquier intento a definir un planeta de una vez por todas intenta cerrar el paso a la más que probable necesidad de cambiar la definición cuando se puedan detectar más sistemas solares con todos sus planetas y más objetos de masa planetaria que no giran alrededor de estrellas.

Mi opinión, y la de muchos colegas, es que todo el ruido ha sido un ejercicio contraproducente, que no ofrece al gran público una imagen verosímil del trabajo de la comunidad astronómica.

Antes de correr a cambiar los libros de texto, las editoriales actuarían de forma mucho más prudente si esperaran al menos hasta la próxima reunión de la IAU en Brasil, en el año 2009, para ver cómo el progreso en la observación de los planetas en el universo en general puede cambiar de nuevo nuestras perspectivas en el asunto.