Clos rechaza "grandes cambios" en el Ayuntamiento pese a su marcha a Industria
"Los programas son los que son y se pactaron solemnemente al comienzo de la legislatura". Con estas palabras, el todavía alcalde de Barcelona, Joan Clos, expresó ayer su voluntad de que no se produzcan "grandes cambios" en el Ayuntamiento porque "no es el momento". Eso, a pesar de que es su marcha al frente del Ministerio de Industria la que obliga a modificar el organigrama municipal. Empezando por el sucesor, Jordi Hereu, que con toda probabilidad será elegido alcalde en un pleno extraordinario que se celebrará el viernes.
Clos sí consideró "bueno" que se produzcan conversaciones con los dos socios de gobierno del Partit dels Socialistes (PSC) en el Ayuntamiento de Barcelona, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa Verds (ICV). De hecho, la creación de una mesa de diálogo ya fue reclamada por estos dos grupos poco después de que se hiciera público el nombramiento de Clos como ministro. El concejal de Cultura, el socialista Carles Martí, y los líderes municipales de ERC e ICV, Jordi Portabella e Imma Mayol, ya han mantenido contactos bilaterales.
El alcalde se mostró abierto a que, a partir de esas negociaciones, se produzca "algún reajuste" en el Ayuntamiento, siempre que su alcance sea limitado. En líneas generales, Clos consideró que el plan de acción de gobierno avanza "muy firme" para culminar el mandato a la espera de las elecciones municipales de mayo.
Inversiones en tres barrios
Clos hizo estas declaraciones acompañado por el consejero de Política Territorial de la Generalitat, Joaquim Nadal. Ambos firmaron ayer el convenio para rehabilitar el entorno de los barrios de Trinitat Vella, Torre Baró y Ciutat Meridiana. El Ayuntamiento y la Generalitat destinarán 35 millones de euros para eliminar la infravivienda y las "barreras" que tradicionalmente han aislado esta zona del resto de la ciudad.
Las ayudas, recogidas ya en la tercera convocatoria de la Ley de Barrios, cambiarán el perfil de la zona noreste de la ciudad. Clos dijo que las inversiones satisfacen la "deuda histórica" con estos barrios populares, crecidos durante la dictadura franquista, y que se extienden a ambos lados de la avenida Meridiana.
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