El encuentro generará un beneficio de 50 millones de euros

Barcelona es desde hoy hasta el 6 de septiembre la capital mundial del corazón. Más de 30.000 participantes (y en muchos casos, acompañantes) ponen una vez más a prueba las infraestructuras de la ciudad. El principal problema es la movilidad. El recinto ferial de Gran Via no tiene aún metro y buena parte de los congresistas confían en los taxis. Tanto el Sindicato de Taxis de Cataluña (STAC) como la Federación Catalana del Taxi (FCT) han advertido de que no habrá vehículos suficientes. "Va a ser muy complicado mover a tanta gente. Con toda seguridad, habrá un colapso", señala el presidente del STAC, Miguel Tomás.

El problema se agrava si se tiene en cuenta que el inicio del congreso coincide con el fin de semana de retorno de las vacaciones. Tomás agrega que muchos taxistas se inclinarán por dar servicio a El Prat. "Es normal. La bonificación por ir al aeropuerto es de 3 euros, mientras que en Fira II sólo pagarán 1,5. La gente irá donde mejor se pueda ganar la vida", asegura. Además, los taxistas se quejan de la dificultad de conducir por una zona en obras. El Ayuntamiento ha habilitado para la ocasión un carril exclusivo para el tránsito de taxis, pero el colectivo dice que lo tendrán que compartir con el medio centenar de autobuses lanzadera que fleta el consistorio para la ocasión.

Autobuses lanzadera

Este servicio cuenta con 50 vehículos con capacidad para 120 personas, que comunicarán los dos recintos feriales entre sí y con la plaza de Espanya. La frecuencia de este servicio será de dos minutos cuando se produzca una mayor movilidad de participantes -durante la apertura y el cierre de las sesiones- y de cuatro minutos el resto del día. Un portavoz de Transportes Metropolitanos (TMB) advierte, no obstante, que si todos los congresistas deciden desplazarse a la misma hora "habrá aglomeraciones".

El Instituto Metropolitano del Taxi (Imet) no ve motivos de alarma. "Para nosotros no hay ningún problema. Todo debería salir correctamente, aunque claro, necesitamos que los taxistas pongan de su parte", señaló el gerente de esta entidad, Miguel Ángel Martín. El Imet ha ordenado la liberalización del sector para todo el fin de semana, con el objetivo de que todos los taxistas que lo deseen puedan trabajar.

Con atascos o sin ellos, lo cierto es que al Ayuntamiento de Barcelona le salen las cuentas. El segundo teniente de alcalde y responsable de Turismo, Jordi Portabella (ERC), cifra el beneficio económico para la ciudad en 50 millones de euros. "Es una gran ocasión para que Barcelona se vincule con el conocimiento. De esta manera, nos proyectamos al siglo XXI", señaló Portabella.