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Educación atrae al programa de préstamo de libros a la mitad de los colegios previstos

El proyecto echará a andar de forma experimental a partir de septiembre

Un total de 29 centros de enseñanza públicos se han apuntado al programa de préstamo de libros que el Departamento de Educación tiene previsto poner en marcha a partir del próximo curso únicamente en el primer ciclo de Primaria (alumnos de entre seis y ocho años). La intención inicial de la consejería que dirige Tontxu Campos era implantar este programa experimental en un máximo de 50 centros, pero al final sólo han sido los citados 29 los que se han apuntado (el 58% de los previstos). En cambio, esos 50 centros suman 6.687 alumnos y 342 aulas, lo que supera los 5.100 estudiantes y las 300 aulas previstas en principio por el departamento para el programa.

Otros 15 centros más han solicitado tener la posibilidad de realizar la petición para entrar en el programa a comienzos del próximo mes de septiembre. De todos los colegios inscritos, Educación tendrá en cuenta a la hora de hacer la selección los siguientes criterios: centros que ya tengan en marcha alguna modalidad de reutilización de los libros de texto, la implicación de las familias en la gestión del sistema, el porcentaje de alumnado de origen inmigrante y de becarios, y los resultados escolares del pasado curso 2005-06.

El plan de préstamo de libros fue presentado en el Parlamento por el titular de Educación, Tontxu Campos, el pasado 31 de mayo. Derivaba de un mandato anterior de la propia Cámara aprobado en noviembre del año pasado. El programa consiste en que el departamento concederá una subvención económica a los centros al comienzo de cada curso para comprar libros y otro material complementario con la idea de hacer posible, a través de un sistema de préstamo, su conservación y reutilización durante los cuatro años siguientes. Cada centro debe definir el listado de libros que necesitan sus alumnos para que las familias los adquieran en las librerías que deseen. Los establecimientos girarán la factura correspondiente al centro educativo, que, a su vez, cobrará a los padres y madres el 25% del coste total en concepto de canon de buen uso. Se intenta así dar valor al material escolar y garantizar su buena conservación. Por lo tanto, no se trata de un sistema completamente gratuito, del tipo que han venido demandado históricamente las asociaciones de padres de alumnos.

Después de la prueba experimental, el préstamo se irá implantando de manera progresiva en toda la enseñanza pública. Durante el curso 2007-08 se extenderá al primer ciclo de Primaria; en 2008-09 se ampliará al segundo y tercer ciclos y, finalmente, durante el curso 2009-2010 se incorporará la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) desde el primer curso hasta el cuarto. El sistema de préstamo no llegará a los colegios de la red concertada hasta el año 2010.

En la actualidad, más de un tercio del alumnado escolarizado en las etapas de la enseñanza obligatoria (Primaria y Secundaria) disfruta de ayudas individuales para comprar libros de texto y material didáctico, siempre en función de su renta familiar. A través del sistema de préstamo, el departamento pretende impulsar esa política de ayudas progresivas a las familias desfavorecidas y numerosas y a las inmigrantes. Educación precisa que "el objetivo es combinar la financiación de los libros de texto y material didáctico del alumnado de la enseñanza obligatoria con la educación en valores, mediante la reutilización de dichos materiales por medio de la práctica del préstamo y la conservación del libro como un bien cultural".

El caso de Álava

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El departamento también entiende que el cuidado de los libros de uso común, así como su conservación y reutilización, supone un ahorro para las familias y profundiza en la idea de desarrollo sostenible "mediante la conservación de materias primas esenciales para mantener el medio ambiente".

El programa ha sido cuestionado por las asociaciones de padres, que reclaman la gratuidad total, y por el PP, que se opone a la iniciativa al entender que creará desigualdades, ya que algunos padres seguirán comprando los libros. A ello se une que en Álava su Diputación, en manos de los populares, viene concediendo los últimos años una subvención con carácter universal a todos los alumnos de las etapas de la enseñanza obligatoria, con independencia de que cursen estudios en centros públicos o privados.

Para el curso 2006-07 está previsto que unas 15.000 familias se beneficien de esta ayuda, que tendrá como límite 50 euros para el segundo ciclo de Educación Infantil, 90 euros para Primaria y 140 para los cursos de Secundaria. La Diputación alavesa y el Gobierno están analizando la forma de que sus respectivas ayudas resulten compatibles.

Unos niños miraban ayer libros de texto, a la venta en una gran superficie de San Sebastián.
Unos niños miraban ayer libros de texto, a la venta en una gran superficie de San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

Críticas de los editores

Los editores y vendedores de libros de texto se han opuesto desde un principio al programa de Educación. Para los libreros, el sistema de préstamos que arrancará en el curso que está a punto de iniciarse es una iniciativa "obsoleta", mala para padres e hijos y que aboca a la "destrucción" de la red de librerías y pone en peligro las editoriales. El gremio apoya la gratuidad de los textos escolares, pero considera que la fórmula más justa es la ayuda económica directa a las familias según su nivel de ingresos. Las vías propuestas en su día fueron el cheque-libro y la tarjeta electrónica.

La Asociación de Editores en Lengua Vasca cree que el sistema, más que de prestamo, "es de alquiler como la copa de un pino", ya que el departamento va a cobrar a los padres un canon anual del 25% sobre el precio.

La idea de Educación, a su juicio, no va a satisfacer ni a los padres, porque los libros no serán gratuitos, ni al sector que edita y vende esos volúmenes, que sufrirá los daños económicos que se vienen previendo desde hace tiempo. Los libreros critican que el sistema diseñado por el departamento responde a intereses económicos, pues, a su juicio, resulta el modelo más barato para el Ejecutivo.

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