Valencia deja de ser Badajoz
Las líneas aéreas de bajo coste y la nueva percepción que se tiene de la ciudad llenan sus calles de turistas extranjeros
"Valencia no era una ciudad de escapada, como Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao desde que tiene el Guggenheim. Antes uno no pensaba en Valencia como no se piensa en Albacete o Badajoz. No estoy comparando, ¿eh?, Valencia siempre ha sido más ciudad...", dice el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes, Jesús Martínez. "Pero la gente no pensaba en ella, como no piensa en Huelva para irse de fin de semana. Ahora Valencia se ha situado en esa constelación de ciudades españolas y europeas, porque esto es un fenómeno europeo, que forman el circuito de short breaks o visitas cortas".
El proceso que describe Martínez ha incorporado una nueva imagen al paisaje de Valencia; la de un turista que sostiene en las manos un mapa, lo gira y lo vuelve a girar tratando de orientarse en alguna calle del centro. La ciudad sigue sin atraer a la décima parte de visitantes que Barcelona o Madrid, de acuerdo, ni vive las aglomeraciones de Granada, pero los turistas empiezan a llegar.
La ciudad registró un crecimiento del 28,4% en las pernoctaciones de extranjeros hasta mayo
Lo dice el lobby Exceltur: La ciudad registró un crecimiento interanual del 28,4% en las pernoctaciones de extranjeros en los cinco primeros meses de 2006. Y el organismo oficial Turismo Valencia Convention Bureau: Entre enero y julio pasaron por la ciudad 936.506 visitantes, 212.749 (un 29,4%) más que en el mismo periodo de 2005.
¿Qué es lo que ha cambiado? Para empezar la consolidación de las líneas low cost en el aeropuerto de Manises. Cada día salen desde el Reino Unido siete vuelos baratos con destino a Valencia, "algo impensable hace cuatro años", comenta el británico Miles Roddis, autor de las dos guías que Lonely Planet ha publicado recientemente sobre la ciudad. Y un portavoz de JetAir, la rama belga del operador turístico alemán Tui, da tres razones para explicar el "importante aumento" en el interés que Valencia despierta en su país: "La primera es que se ve como un destino de moda, que combina la ciudad antigua y una expansión moderna. Otra, es que se la considera una ciudad del sur, con buen clima. La tercera, de orden práctico pero muy importante para los belgas, es que se puede volar directamente desde Bruselas. La gente viaja dos, tres o cuatro días y no quiere perder tiempo en escalas".
"Sobre todo los jóvenes profesionales", dice Roddis, "cogen tres o cuatro vacaciones cortas al año. Y es sobre todo en eso en lo que Valencia tiene potencial. Florencia, por ejemplo, merece al menos una semana de tu vida. Valencia también, para explorarla a fondo. Pero es una ciudad con la que uno puede hacerse en tres o cuatro días. Y es una ciudad a la medida. La zona céntrica está muy concentrada, se puede visitar andando tranquilamente, no hay que alquilar un coche y eso es una ventaja enorme".
Reciban o no el respaldo de todos los valencianos, la prestigiosa competición de regatas de la Copa del América -que por primera vez tendrá lugar en el Mediterráneo- y la Ciudad de las Artes y las Ciencias parecen haber contribuido decisivamente a que Valencia suene, y han venido a completar su oferta tradicional. "Son el tipo de cosas que dan notoriedad a una ciudad", comenta Ignacio Ochoa, de Expedia, la mayor empresa de viajes en Internet, cuyas reservas de hotel en Valencia se han disparado un 43,7% en los últimos tres meses respecto al mismo periodo de 2005.
¿De dónde vienen? Del Reino Unido, de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica y de... Japón. Turismo Valencia Convention Bureau asegura que 21.000 nipones viajaron a la ciudad de Valencia en los seis primeros meses de 2006. En todo el año pasado lo hicieron 25.000.
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