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Reportaje:

Promesas musicales

Los participantes en el Ciclo de Jóvenes Intérpretes de la Quincena relatan sus experiencias y sus perspectivas de futuro

La joven soprano cubana Alioska Jiménez lo mismo interpreta música antigua que arias de ópera o espirituales negros. "Yo adoro cantar, sea en un concierto, en una ópera, aquí mismo... Para mí cantar es como elevarme un poquito, tiene un punto de espiritualidad muy grande. Me hace feliz", afirma minutos después de dejar constancia de su poderosa voz ante una cámara de televisión en el centro Kursaal de San Sebastián. Jiménez es una de las nueve promesas que participará esta semana en el Ciclo de Jóvenes Intérpretes organizado por la Quincena Musical, en colaboración con el Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene. Tanto ella como sus compañeros de cartel se deshacen en agradecimientos por la oportunidad que les brinda el certamen donostiarra de promocionarse. Y es que todos, unos más y otros menos, han hecho sus pinitos sobre el escenario. Pero también todos coinciden en señalar que no es fácil tomar parte en conciertos de cámara como los que protagonizarán entre hoy y el viernes en las salas polivalentes de los cubos diseñados por Rafael Moneo.

"Cuando terminas un plan de estudios lo primero que se te ocurre es seguir estudiando"

¿Cómo ven su futuro estos jóvenes? A ninguno le falta entusiasmo, pero tienen los pies en la tierra y saben que el camino no será fácil. Arantza Aguirre es acordeonista y acaba de finalizar sus estudios en Musikene. "El acordeón no es un instrumento orquestal, así que las posibilidades de tocar en público disminuyen", explica. De momento, y gracias a que ha ganado el primer premio del Concurso Permanente de Jóvenes Intérpretes de Juventudes Musicales de España, durante los dos próximos años tiene aseguradas actuaciones por todo el país. "Quiero aprovechar esta oportunidad para rodarme y adquirir experiencia y madurez. Y espero que de estos conciertos vayan surgiendo otras propuestas", comenta.

El clarinetista Tagore González también ha finalizado su formación en Musikene. "El futuro está muy complicado", asegura. "Una vez que terminas de estudiar bajo un plan como el de Musikene, te preguntas: ¿Ahora qué hago? Y lo primero que se te ocurre es seguir estudiando", relata. Así que el joven se va el curso que viene a Granada a recibir clases particulares de dos solistas de la orquesta de la ciudad andaluza. "De esta forma tendré un año para poder preparar bien pruebas para orquestas y para montar mis propios conciertos y ofrecer mis propios programas", detalla.

Impartir clases está en la mente de una buena parte de estos chicos como salida profesional. "Sí, me gusta esa opción. Sobre todo porque tengo la espinita clavada de que de pequeño no me enseñaron música, de manera que me digo: a ver si yo un día enseño a los chavales lo que no me enseñaron a mí", confiesa González.

"A mí me gusta mucho la enseñanza. En ese campo sí hay trabajo y, a largo plazo, seguramente tiraré por ahí", apunta la flautista Isabel Souto, quien, en realidad, ya se ha estrenado como profesora en el Centro de Estudios Musicales Especializados de Sabadell.

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Souto cursó sus estudios superiores en Alemania. "Estoy teniendo la suerte de trabajar bastante. He estado dos años tocando en la Orquesta de la Academia del Gran Teatre del Liceu de Barcelona y ahora tengo planes de tocar con otras formaciones, como la Sinfónica de Bilbao. Pero de ahí a ganar una plaza fija en una orquesta va un trecho, porque las oposiciones para lograr un puesto de flautista son muy duras. Hay mucha gente y el nivel es muy alto", resalta.

De Antonio Soler a Aurelio Edler

La flautista Isabel Souto, acompañada al piano por María Alonso-Allende, abrirá esta tarde (20.00) el Ciclo de Jóvenes Intérpretes de la Quincena Musical. Las notas de Wolf-gang Amadeus Mozart y Franz Schubert protagonizarán la primera parte del recital, que continuará con piezas de Robert Muczynski y Claude Paul Taffanel.

Las violinistas Amaia Lasa y Leire Hipólito tomarán el relevo mañana. El dúo, acompañado al piano por Javier Pérez Azpeitia, ha optado por obras de César Frank, Witold Lutoslawski y Johannes Brahms. "Es muy importante para nosotras y el resto de compañeros que nos hayan dado la oportunidad de elegir el programa y poder dar a conocer así al público piezas que ya hemos preparado", destaca Lasa.

El miércoles será el turno de la acordeonista Arantza Aguirre, quien estrenará Cantiga, una obra compuesta por Aurelio Edler (Brasil, 1976) para acordeón y electroacústica inspirándose en las cantigas de Alfonso X El Sabio. Aguirre, acompañada a la guitarra por Maitane Ezpeleta, abordará asimismo trabajos de Antonio Soler (el músico más antiguo de los elegidos por los jóvenes intérpretes), Jesús Guridi, Astor Piazzolla, Luis de Pablo, Magnus Lindberg y José María Sánchez-Verdú. "Quiero ofrecer una visión amplia de las posibilidades que tiene este instrumento", subraya la acordeonista.

Al día siguiente subirá al escenario la soprano cubana Alioska Jiménez, quien contará al piano con Josu Okiñena. Juntos deleitarán al público con composiciones de Vicente Martín y Soler, Mozart, Brahms, Hugo Wolf y Richard Strauss.

El ciclo organizado por la Quincena con el fin de promocionar a las jóvenes promesas de la música concluirá el viernes con la actuación del clarinetista Tagore González y la pianista Aroia Makuso. La pareja, que lleva más de un año y medio tocando junta, interpretará obras de Félix Mendelssohn-Bartholdy, Salvador Brotons, Robert Schumann y Joseph Horovitz. "Oportunidades como ésta de tocar en la Quincena hay realmente pocas. Y para un pianista menos, porque das una patada a una piedra y salen mil", dice Makuso.

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