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28 presos se fugan de una cárcel belga tras reducir a los guardias

Hasta 28 presos lograron en la madrugada de ayer escapar sin apenas ejercer la violencia de la vetusta prisión de Termonde, al este de la región flamenca de Bélgica. Los cabecillas forzaron la cerradura de sus celdas, redujeron a tres guardias y liberaron a 26 compañeros, la mayoría de los cuales -sin delitos de sangre- continuaban anoche desaparecidos. No hubo muertos ni heridos. Aunque casi todo apunta a que la fuga se debió a las deficientes condiciones de seguridad, se desconocen muchos detalles.

El director del penal de Termonde declaró a la agencia de noticias Belga que hay que esperar el resultado de una investigación interna puesta en marcha ayer mismo para conocer las causas. Su propio relato de los hechos no deja, sin embargo, mucho lugar a dudas.

Eran las dos de la madrugada, cuando dos miembros de una banda de ladrones de Europa del Este rompieron la protección que impedía acceder a las cerraduras desde el interior de sus celdas y salieron al pasillo. Fueron a por los guardias que trabajaban esa noche, dos hombres y una mujer. Les amenazaron con un cubierto y un pedazo de espejo y consiguieron que les dieran las llaves de otros calabozos. Abrieron las puertas y liberaron a 26 de los cerca de 200 reclusos que hasta ayer albergaba el penal.

Ya sólo faltaba salir del recinto penitenciario, pero no tenían llaves para atravesar las puertas exteriores. En su lugar, se armaron de sábanas y treparon los muros de ladrillo visto coronados por alambre de espino de la prisión de Termonde. Ya estaban en la calle y a partir de ese momento, comenzó la dispersión por tierras flamencas.

Operación policial

Tras conocer la noticia, las autoridades belgas lanzaron una vasta operación policial, helicópteros incluidos, para dar captura a los ex presos, la mayoría de ellos pendientes de condena. "La prioridad es ahora encontrar a los evadidos", indicaba ayer por la tarde la portavoz de la ministra de Justicia, Laurette Onkelinx.

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El ex ministro de Justicia Tony van Parys se apresuró a culpar del suceso al estado lamentable del bonito edificio de piedra y ladrillo del que escaparon los ladrones, y recordó que hace al menos cinco años, un responsable de Justicia había pedido la construcción de un nuevo penal en la ciudad fortificada de Termonde.

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