_
_
_
_
Reportaje:La lucha contra los incendios forestales

Un trabajo arriesgado y bajo sospecha

Las brigadas defienden su trabajo frente a las acusaciones contra alguno de sus miembros

La detención el pasado domingo de un miembro de las brigadas contraincendios forestales de la Xunta por ser sospechoso de quemar el monte gallego ha sembrado dudas sobre el trabajo de este colectivo de trabajadores. En los últimos días se han dado casos de insultos y presiones de algunos vecinos a los brigadistas, pero éstos defienden su inocencia. "Es muy triste que te dediques a apagar fuegos y te llamen pirómano; es como si a un médico le culpan de asesinato", afirma Nacho Penela, técnico forestal de 33 años.

La mayoría de gallegos les apoyan, pero Penela reconoce que se ha instalado en el ambiente la idea de que todos son sospechosos mientras no se demuestre lo contrario. Un compañero suyo, Roberto Jorge, opina que las declaraciones de determinados responsables de la Administración también les perjudican: "Los políticos deberían explicar que detener a un bombero pirómano no significa que todos lo seamos".

Más información
Prisión sin fianza para el bombero detenido con gasolina
La Xunta confirma que en 12 días se ha quemado tanto bosque como en todo 2005
El bombero herido aprovechó sus libranzas para ir de voluntario a Galicia
Acentos de la España plural en el infierno gallego

Además del personal de la Xunta, los ayuntamientos tienen sus propias cuadrillas antiincendios. En Galicia se especula con que detrás de ciertos fuegos esté la mano de ex miembros de las brigadas locales. Esta temporada muchos se han quedado fuera como consecuencia del cambio en el sistema de reclutamiento de la Consejería de Medio Rural. "Antes se ocupaban esos puestos de forma caciquil; ahora funciona mejor", señala Penela. Este brigadista no habla de las posibles venganzas de quienes se sienten desplazados, pero cree que existe un problema laboral. En las cuadrillas municipales cobran la mitad que ellos. "Los puestos los ocupan gente muy poco cualificada", asegura.

El personal de extinción reclama mejoras. Ayer tenían prevista una jornada de huelga que desconvocaron para "calmar la situación y no ponerse en contra a más gente". Los bomberos de monte proponen aislar socialmente al "incendiario". Así se acabaría con las dudas que algunos tienen sobre ellos. Pero en este momento les toca defenderse. "¿Cómo vamos a provocar el fuego, si trabajamos más y cobramos lo mismo?", preguntan para intentar dejar clara su inocencia. Sólo tienen un deseo: "Que no nos vean como héroes, pero tampoco como villanos".

Un bombero sofoca el fuego en Lamastredo, <i>concello</i> de Camariñas, hace cinco días.
Un bombero sofoca el fuego en Lamastredo, concello de Camariñas, hace cinco días.JESÚS URIARTE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_