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El Gobierno de Andorra suspende la Semana de Caza del Rebeco

Un virus desconocido diezma la población de bóvidos en los Pirineos

Andorra se quedará este año sin poder celebrar la Semana de la Caza del Rebeco, una actividad que, a juzgar por el número de participantes, puede considerarse una especie de fiesta nacional. El motivo de la suspensión de esta práctica cinegética de gran tradición en el Principado es un virus de origen desconocido que desde hace cinco años está diezmando peligrosamente la población de estos bóvidos en los Pirineos.

El colectivo de cazadores ha acogido con desagrado la decisión del Gobierno andorrano porque considera que el futuro de la especie no peligra.

La semana del rebeco es una vieja tradición que ha pasado de padres a hijos desde hace varias generaciones. Las autoridades de Andorra han decidido, en solidaridad con Cataluña, donde la situación de este animal es más crítica, suspender su celebración para intentar recuperar la población de rebecos en los Pirineos, ya que desde el 2001 se ha reducido en un 30% a causa del virus. Los cazadores temen que la prohibición les impida capturar rebecos no sólo este año, sino también el próximo.

Los cazadores, que vieron como el año pasado se reducía la semana de ocho a sólo tres días, han vuelto a protestar al considerar que los gobernantes han tomado la decisión de forma unilateral, sin contar con la opinión de la Federación Andorrana de Caza y Pesca, que cuenta con 2.500 federados. Marc Codina, presidente de la entidad, señala que estaría de acuerdo con la medida adoptada si se hubiera demostrado con cifras que la población de rebecos se ha reducido considerablemente en Andorra.

El representante de los cazadores tiene previsto proponer al Gobierno andorrano que, de la misma manera que ha suspendido la semana del rebeco que debía celebrarse del 10 al 17 de septiembre, prohíba también cazar en los cotos y que un número determinado de animales de las reservas se utilice para repoblar las zonas más diezmadas del territorio andorrano.

El cuerpo de Banders, órgano encargado de velar por la flora y fauna del Principado, considera muy necesarias ambas propuestas, aunque encuentra muy complicado y costoso el dispositivo que sería necesario para capturar y trasladar un mínimo de 40 rebecos, la cantidad para obtener un resultado positivo.

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Hace un año, el Gobierno catalán solicitó al andorrano que suspendiera completamente la semana de caza para evitar que se expandiera el virus que está afectando gravemente a los animales en las reservas de la Cerdanya y del Alt Urgell, donde el número de rebecos ha experimentado un descenso considerable. En Andorra, donde cuesta reconocer que se hayan producido bajas, los responsables de la fauna confirman que la colonia de estos animales fuera de las reservas pasó de los 200 censados el año pasado a 103. Los cazadores sostienen que en las reservas andorranas se calcula que hay más de 700 ejemplares, por lo que no peligra la especie.

Más de 600 cazadores

La semana dedicada a la captura de rebecos es la época del año que los cazadores andorranos esperan con más ilusión. Por eso, este año el disgusto por la suspensión es mayúsculo entre el colectivo de más de 600 cazadores que tenían previsto inscribirse. "Para nosotros son unos días muy esperados porque los aprovechamos para estar en la montaña con los amigos, en contacto con la naturaleza y haciendo mucha vida social. La caza es un simple pretexto. Hacemos vida en campamentos o refugios, donde tenemos las máximas comodidades y no nos faltan la comida y la bebida", explica Codina.

Codina señala que esta semana cinegética no es un negocio para nadie. La licencia especial para cazar rebecos cuesta unos 60 euros y cada cuatro cazadores tienen derecho a matar un animal, lo cual no quiere decir que tengan que abatirlo necesariamente. Las infracciones son castigadas. Abatir un rebeco sin licencia es considerado una falta leve, mientras que matar un corzo está tipificado como una falta grave, que puede suponer hasta seis meses de prisión para el cazador que haya efectuado el disparo.

Esta vez los agentes forestales de Catalunña no tendrán que vigilar con medios terrestres y aéreos las montañas del norte de la provincia de Lleida para impedir que los cazadores andorranos traspasen la línea fronteriza persiguiendo a las piezas que consiguen esquivar la cacería. "Los cazadores andorranos ya estamos hartos de la mala fama que tenemos en Cataluña, donde no está bien visto que aquí cazar un rebeco esté al alcance de cualquier ciudadano. En Cataluña es una actividad elitista que sólo pueden practicar los adinerados", añade Codina.

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