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En propia carne

Por el centro de La Verneda han pasado centenares de inmigrantes extracomunitarios. Pero en junio de este año también acogió a los 59 detenidos tras una manifestación para protestar contra las instalaciones de Zona Franca, la plasmación de esa Europa que permite la circulación de capitales pero no de personas.

El propósito de los manifestantes era denunciar las condiciones de insalubridad del recinto de La Verneda. Poco imaginaban aquéllos que las acabarían viviendo en propia carne.

Durante dos días, los detenidos permanecieron en La Verneda. Al salir, describieron el estado del centro. Entre las críticas que recopiló este periódico, figuraba que las celdas estaban llenas a rebosar y con colchones sucios y malolientes.También lamentaban que sólo hubiera dos baños para más de un centenar de personas. Muchos detenidos también denunciaron trato vejatorio por parte de los agentes. Algunas mujeres lamentaron asimismo que no se les hubieran proporcionado compresas ni tampones.

Detenidos y familiares, organizaciones humanitarias y el Colegio de Abogados de Barcelona acusaron a la policía de actuar de manera desproporcionada ante la manifestación.

La entidad que organizó la protesta de junio, la Caravana Europea por la Libertad de Movimiento, una plataforma contraria a las legislaciones de extranjería, lamentó ayer la apertura del nuevo centro. En un comunicado, este movimiento aseguró que la Delegación del Gobierno en Cataluña "se ve obligada a inaugurar" el centro de Zona Franca en agosto "debido a la polémica que ha rodeado su construcción".

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