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Columna
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El Consell y la mordaza

La mordaza a quienes se preguntan cuáles fueron las causas reales del accidente de la línea 1 del metro, y sin ningún miramiento echa también el cierre por vacaciones, dejándose a las espaldas 43 víctimas mortales y demasiadas dudas sin resolver. Que el baño les sea propicio y les refresque memoria y escrúpulos. De momento, la comisión de ocultación, auspiciada por la mayoría del PP, va. Pero el cronista vio, poco antes de coger su tren, cómo la gente acudía a la plaza de San Agustín, para la manifestación convocada por CC OO y UGT, y a la que asistieron asociaciones de vecinos, alcaldes, concejales y responsables de los partidos de izquierda y nacionalistas. Cuando el pueblo toma conciencia de la chufla de que es objeto por parte de aquellos a los que emplea de diputados, regidores y otras ocupaciones, hay indicios de que algo se está moviendo. Se ha de arrimar el hombro. Porque una legislatura más a lo pedestre y mangonero, la aguantan ya muy pocos, y puede provocar la desbandada de muchos ciudadanos, más que hartos de esta tramoya de la Comunidad Valenciana, en busca de asilo y refugio en el País Valenciano. Asilo, refugio y gentes que respondan a las exigencias y necesidades sociales, y anden limpios de polvo y ladrillo. Horas antes de la manifestación, el cronista, junto con entrañables compañeros que escriben opinión, representantes de EU y directivos de la Fundación CEPS (Centro de Estudios Político y Sociales), almorzaron, con el doctor Carlos Gaviria, dirigente de la oposición de izquierdas de Colombia, y presidente del Polo Democrático Alternativo, que va de la socialdemocracia al comunismo, y rival, en las recientes elecciones presidenciales, de Álvaro Uribe, de la derecha oligárquica y mamporrera de Washington. Un almuerzo bien conversado y muy esclarecedor de cómo anda tan fraternal país.

A la mañana siguiente, el cronista anduvo curioseando cómo se las bandeaba el socialismo alicantino, que ayer por la tarde celebró, en asamblea, naturalmente, la elección de la nueva ejecutiva y de su secretario local. Después de un año de excepción, con una gestora a cuyo frente ha estado el veterano Antonio García Miralles, hasta el último momento, resolviendo un conflicto tras otro. Todo apunta a que se han limado asperezas y tensiones, en este tiempo, gracias a la paciencia y habilidad del senador. Y prácticamente así lo reconocen las distintas familias que han estado en el ajo de las discrepancias y confrontaciones. "La gestión de García Miralles ha sido eficaz, muy satisfactoria y positiva", le dice al cronista Manuel de Barros, portavoz del grupo municipal del PSPV, en Alicante. Y aunque las negociaciones para conseguir más presencia en la nueva dirección han estado a punto de llevar al fracaso tantos esfuerzos, se imponen las más convenientes soluciones: Joan Ignasi Pla propuso a Roque Moreno como secretario. Por teléfono, García Miralles le dijo al cronista que se iba al norte, a la fresca. "Ahora, me estoy comprando unas sandalias de rebajas, pero, oye, calidad". Las sandalias del senador.

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