Cuatro observadores de la ONU mueren en el sur de Líbano en un bombardeo israelí
Kofi Annan exige una investigación sobre un ataque "aparentemente deliberado"
La vorágine de violencia no decae en Líbano ni en Israel, aunque el número de víctimas mortales es 10 veces superior en el país árabe. Y nadie parece librarse de las bombas. Cuatro observadores de la ONU murieron ayer tras ser atacado desde el aire el puesto en el que se encontraban en el sur de Líbano. El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, exigió una investigación sobre un ataque "aparentemente deliberado". No lejos del lugar se combatió casa por casa en Bint Yebel, la llamada capital de Hezbolá, hasta que anoche el Ejército israelí afirmó que controlaba la ciudad.
Los bombardeos israelíes han costado la vida al menos a 21 civiles libaneses
La confusión reinó unas horas anoche en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, que no quiso confirmar las muertes hasta tener información directa de los equipos de rescate enviados al puesto, que se derrumbó bajo las bombas. Fue el embajador de EE UU, John Bolton, el primero en confirmar una información que había lanzado la CNN citando fuentes de las fuerzas de seguridad libanesas.
Desde Roma, el secretario general, Kofi Annan, se declaró "conmocionado" y "profundamente desolado" por lo que calificó como "un ataque aparentemente deliberado de las Fuerzas Militares Israelíes". Annan exigió una investigación del bombardeo contra el puesto de Jiam en cuyos alrededores se habían producido 14 ataques durante la jornada. El puesto se encuentra muy cerca de la zona donde se mantuvieron los combates más encarnizados, próxima a la frontera entre Líbano e Israel.
Annan agregó que el primer ministro Ehud Olmert le dio la garantía personal de que las unidades de Naciones Unidas estarían al margen del fuego israelí. Y explicó que los máximos responsables de la fuerza de la ONU estaban en contacto con los militares israelíes "para insistirles en la protección necesaria de sus bases ante cualquier ataque". El nombre de las víctimas y sus nacionalidades no se dará a conocer hasta que sean informados las familias, indicaron desde el organismo. El puesto se encontraba en la zona donde están desplegados los observadores indios, aunque fuentes libanesas indicaron que, normalmente, era utilizado por un chino, un finlandés, un austriaco y un canadiense. Un portavoz del Ministerio israelí de Exteriores, Mark Regev, aseguró que el ataque no fue deliberado y señaló que se investigará el bombardeo, que calificó de "trágico".
La acción israelí contra la base de observadores de la ONU se produce pocas horas después de que el Consejo de Seguridad celebrara ayer consultas para tratar la inminente expiración de su mandato, prevista para el 31 de julio. La Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (FINUL), que cuenta con 1.990 militares y 440 civiles, se creó en 1978 para confirmar la retirada israelí tras la primera invasión.
El alivio en la capital libanesa sólo se disfrutó el lunes, precisamente cuando la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, visitaba al primer ministro Fuad Siniora y al presidente del Parlamento, Nabih Berri. Nada más abandonar Rice Jerusalén, ayer por la tarde, los cazas israelíes se cebaron por enésima vez en el barrio chií de Beirut. Al menos 12 civiles murieron. También en Nabatieh, en el sur de Líbano, perecieron nueve personas ajenas a los combates. Se está cumpliendo la promesa del jefe del Estado Mayor, Dan Halutz, que amenazó anteayer con echar abajo 10 edificios de Beirut por cada cohete lanzado por Hezbolá sobre el norte del Estado sionista.
La batalla en Bint Yebel fue encarnizada desde el domingo. Dos brigadas de infantería asediaron con artillería y lucharon en cada esquina en la denominada capital de Hezbolá en el sur de Líbano. Es un símbolo para la resistencia libanesa. En ella han permanecido parte de sus 30.000 habitantes, que han hecho caso omiso a las advertencias del Ejércitos israelíes de que abandonen la ciudad. Anoche, el general Gal Hirsch, comandante de la División de Galilea, dijo que Bint Yebel había sido tomada.Sea como fuere, los esfuerzos por abortar los ataques sobre Israel no han dado fruto. Hezbolá continúa incesante los ataques con cohetes. El lanzamiento de Katiusha sobre el norte de Galilea mantiene a la inmensa mayoría de la población en los refugios y la economía prácticamente paralizada.
Más de 90 proyectiles -alguno causó daños considerables en la zona industrial de Haifa y en el centro de la ciudad- impactaron en varios pueblos. Un hombre de 78 falleció tras un ataque al corazón en Haifa y una niña de origen palestino de 15 años murió víctima de la metralla en el pueblo de Kefar Maghar, muy cerca del lago Tiberiades.
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