"El tripartito fue un invento de Montilla y hay que cambiarlo"
El presidente de Convergència i Unió, Artur Mas (Barcelona, 1956), afronta las elecciones catalanas de noviembre convencido de que los partidos de izquierda reeditarán el tripartito si la aritmética parlamentaria se lo permite, aunque los nacionalistas tengan mayor número de escaños. Su máximo rival, el socialista José Montilla, es el único candidato nuevo a la presidencia de la Generalitat, pero en opinión de Mas ya está amortizado, pues fue el "inventor" del tripartito.
Pregunta. CiU comenzó su precampaña electoral con un contrincante llamado Pasqual Maragall; finalmente, se enfrentarán a José Montilla. ¿Cómo cambia esto su estrategia?
Respuesta. No afecta mucho, porque habíamos diseñado la campaña para superar el fracaso del tripartito y en este sentido Montilla-Maragall, Maragall-Montilla, tanto monta, monta tanto. Sabemos que el señor Montilla fue uno de los artífices principales del tripartito, y cuando digo que debemos superar este fracaso estoy diciendo que hay que cambiar el invento hecho por Montilla.
"Convergència i Unió ha liderado el gran proyecto de Cataluña pese a estar en la oposición, y esto siempre tiene premio"
"Se puede ser catalán y defender la idea de la España plural del PSOE, pero no se puede ser catalanista al mismo tiempo"
"En CiU no todo es un camino de rosas, pero hace 30 años que vamos juntos; el tripartito ha liquidado su cohesión en tres años"
P. Su socio Josep Antoni Duran Lleida ha alertado de que alejado el peligro Maragall, CiU no debe menospreciar las capacidades de Montilla. ¿Hay un exceso de euforia en su partido?
R. No por mi parte. Montilla merece todo nuestro respeto como candidato. Lo hemos dicho desde el principio. En cambio, de mí se ha dicho un montón de veces que soy un chulo y un prepotente y eso lo han dicho los socialistas. Han repetido hasta la saciedad que soy un robot, un diseño, un proyecto de laboratorio. Nosotros no contestamos con estas armas. En cambio, sí se tiene que juzgar al señor Montilla por sus capacidades y por su proyecto. Eso es perfectamente legítimo, pero no porque se llame Montilla; sería igual si se llamara Maragall o Perico de los Palotes. Lo que no vamos a hacer es dejar de decirle las cosas porque se llame Montilla, eso no vale para unas elecciones.
P. Es cierto que ustedes no han puesto en duda la catalanidad del candidato. En cambio, sí le niegan que sea catalanista.
R. Se puede ser catalán sin ser catalanista. Lo que no se puede es ser defensor del PSOE en las grandes cuestiones de Cataluña y al mismo tiempo un gran catalanista. O estás en un lado o estás en el otro. Se puede ser catalán y a la vez defensor de la España plural del PSOE, pero no catalanista al mismo tiempo.
P. A usted se le vio cómodo pactando el Estatuto con el presidente Zapatero. En aquel momento pareció que sus ideas sobre España convergían bastante. ¿Qué ha pasado?
R. No ha pasado nada. Tenemos diferentes proyectos, pero podemos llegar a acuerdos. Lo que recuerdo es que en la negociación del Estatuto el señor Montilla siempre estuvo más cerca de las tesis del PSOE que de las tesis del Parlamento catalán.
P. Su primera gran irrupción en esta precampaña ha sido para pedir a todos los partidos, y en especial al PSC, que renuncien a formar gobierno si no son los que logran más escaños, al contrario de lo que pasó en 2003. Parece que afronta con pesimismo la carrera electoral.
R. Yo lo que dije es que si CiU no gana las elecciones será la primera que facilitará que el señor Montilla, si ha ganado, sea presidente. Y pedimos que los otros se comprometan a hacer lo mismo, para no engañar a la gente. ¿Que quieren hacer otra vez el tripartito? Que lo digan. Si no quieren respetar al ganador es la prueba más clara de que quieren reeditar el tripartito. Yo no digo que no sea legal ni legítimo, sólo pido que no engañen a la gente. Que digan si piensan colar al señor Montilla como en su día colaron al presidente Maragall.
P. Pero el sistema parlamentario se basa en forjar mayorías, no en la elección directa.
R. Yo no estoy haciendo aritmética parlamentaria, sino discurso político y de país. Hay mucha gente que se siente engañada cuando el partido al que ha votado y ha quedado primero, no está en el Gobierno. Lo que prometo es que CiU no hará una gran coalición de perdedores para quitar la presidencia de la Generalitat a quien gane.
P. Probablemente no estaríamos en este debate si Cataluña tuviera una ley electoral en lugar de una disposición del Estatuto de 1979 que prima el voto rural por encima del urbano.
R. Tarragona también es una ciudad.
P. Pero los partidos con mayor implantación fuera de la provincia de Barcelona salen beneficiados. ¿No sería hora de acordar una ley más equilibrada?
R. Si hemos hecho el Estatuto también podemos hacer una ley electoral. Pero es falso que la actual no sea equilibrada. Lo es más que la española, según la cual un diputado por Soria exige cinco veces menos votos que uno por Barcelona. En cambio, un diputado por Lleida exige dos veces menos de votos que uno por Barcelona. Se discute en Cataluña, y nadie lo discute en España. Aquí el único problema es que el PSC no tiene una implantación territorial equilibrada.
P. ¿Teme un castigo de su electorado más nacionalista por haber pactado un Estatuto rebajado con el presidente Zapatero?
R. Para nosotros el Estatuto era bueno y corrimos el riesgo de pactarlo. Tengo la tranquilidad de pensar que el 74% de quienes fueron a votar optaron por el sí, incluidos muchos electores de ERC. Eso quiere decir que en Cataluña mucha gente tuvo nuestra misma percepción. Además, CiU ha liderado el gran proyecto de país de esta legislatura desde la oposición y eso normalmente siempre tiene premio.
P. Si gana Montilla, el presidente Zapatero tendrá la satisfacción de ver a un socialista presidiendo Cataluña. Si gana usted, habrá ganado un socio estable en el Congreso. ¿Zapatero siempre gana?
R. Tendrá que preguntárselo.
P. ¿Pero es más fácil que CiU pase a ser socio del PSOE si gobierna la Generalitat?
R. Sí, por razones evidentes. Es más fácil una fuerte implicación de CiU en la política española, con CiU gobernando, que estando en la oposición.
P. ¿Sería el momento de entrar en el Gobierno de España?
R. Yo siempre he dicho que no lo rechazaré, pero no es nuestra prioridad. No lo rechazaré si se dan las condiciones para hacerlo: que CiU gobierne en Cataluña, que se aplique el Estatuto y que haya entendimiento en el programa económico y social.
P. El tripartito no ha dado ningún ejemplo de buena convivencia entre socios. Pero las relaciones entre Convergència y Unió tampoco han sido de una gran cordialidad últimamente. ¿Puede garantizar que sus desacuerdos no afectarían al Gobierno en caso de alcanzar el poder?
R. En CiU no todo es un jardín de rosas, como tampoco lo es en el PSC o en ERC. Pero el tema es si eso se supera o no. Y Convergència y Unió hace 30 años que van juntas. En cambio, el tripartito ha liquidado toda su cohesión en tres años.
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