La milicia libanesa prosigue los ataques al norte de Israel

Hezbolá disparó ayer cerca de un centenar de cohetes Katiusha sobre el norte de Israel. Desde la meseta del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967, hasta la bahía de Haifa, una decena de poblaciones fueron blanco de los proyectiles lanzados por la milicia libanesa proiraní.

Un hombre israelí de 30 años murió en Nahariya, a una decena de kilómetros de la frontera con Líbano, al impactar uno de los cohetes a las puertas de su casa. Era un ciudadano de origen ruso que emigró hace pocos años a Israel y que se disponía a entrar en un refugio.

Con éste son ya 13 los civiles muertos y 12 los militares que han perecido -cuatro de ellos a bordo de un barco que fue seriamente dañado frente a la costa de Beirut- en el bando israelí en siete días de incesante acoso sobre ciudades y pueblos casi desiertos.

Es Haifa, no obstante, la diana que la milicia chií se propone golpear para dañar el corazón industrial de Israel. Ocho trabajadores murieron el domingo en unas instalaciones de la compañía ferroviaria. El hangar se halla muy cerca del puerto y de las industrias petroquímicas, refinerías y plantas eléctricas donde han caído algunos cohetes.

Al menos en media docena de ocasiones sonaron ayer las sirenas antes de que se escuchara el estampido de los cohetes Katiusha. Está por ver si Hezbolá podrá seguir disparando durante mucho tiempo cohetes, al ritmo de un centenar cada jornada, dado que la aviación israelí machaca sus baterías y bases.

El Ejército israelí considera que ha liquidado más de la mitad de la capacidad de fuego de Hezbolá. Lo que será más complicado es que lancen, tal vez como última baza, los cohetes de largo alcance que pueden alcanzar la ciudad de Tel Aviv.

Los diarios árabes editados en Londres aseguran que el Gobierno de Teherán, que dirige a distancia al movimiento chií libanés, no ha dado su visto bueno al lanzamiento de esos misiles.