"La niña no me dejaba tranquilo"
Juzgados un hombre por abusar de una pequeña de 11 años, y la madre, por cooperar
Ceferino Colomera, de 68 años, y María Ángeles Salgado, madre de una niña de 11, fueron juzgados ayer en Sevilla por abusar de la menor. El acusado reconoció haber mantenido relaciones sexuales plenas con la niña durante dos semanas del mes de junio del pasado año. Afirmó que la madre lo conocía y que recibía a cambio comida, medicamentos y pañales para sus otros dos hijos, de tres y cinco años. La pequeña vive desde hace un año en un centro de menores de la Junta de Andalucía.
"Eso es mentira. No he vendido a mi hija y ella nunca me contó que se acostaba con él. La niña me dijo que estaba enamorada de Ceferino y que era su novio. Le respondí que estaba loca. Me enteré de todo cuando la [policía] secreta se presentó en mi casa", manifestó María Ángeles Salgado ante el tribunal. "La madre sabía que yo tenía relaciones con la niña y, además, me impidió que se lo contara al padre", replicó Ceferino Colomera cuando los jueces le dieron la última palabra antes de que el caso quedara visto para sentencia. El acusado lleva un año en prisión por estos hechos.
Colomera repitió siempre que tuvo ocasión que la menor parecía, por su aspecto físico, mayor: "La chiquilla aparentaba 14 o 15 años". "Estoy muy arrepentido. Tuve relaciones con la niña porque no me dejaba tranquilo. Me daba besitos. Se sentaba encima. Pero yo no sabía que eso era un delito. No tiene comparación lo que estoy pasando en la cárcel con aquellos días", añadió.
María Ángeles y Ceferino se conocieron en La Candelaria, un barrio obrero de Sevilla, cuando la niña tenía ocho años. "Yo estaba en el bar y la niña quería un helado, pero como no teníamos dinero él se lo compró", explicó la mujer a este periódico. Los regalos se sucedieron a partir de ese momento. El hombre explicó de la madre: "consideraba que éramos todos una familia en la que yo era el director porque era el que tenía el dinero. Le daba los pañales de los dos chicos, les compraba la comida, las medicinas, el tabaco y un año hasta los Reyes Magos de los críos y de sus primos".
"Me ha ayudado con la comida, con la ropa", admitió la acusada. "Noté algo raro un día que en el bar la niña se arrimó a él, lo acarició y le dio besos. La reñí y le dijo que no quería que volviera a pasar", justificó la madre. Y añadió que su hija dormía una noche en su casa y otra en la de los abuelos. "Si la niña se iba con este hombre. Eso ya no lo he visto yo", explicó.
Los hechos se descubrieron gracias a dos llamadas anónimas. La fiscalía, que recordó las declaraciones de un testigo protegido que escuchó a los dos acusados discutir y hablar de que podían terminar en la cárcel, sostiene que la madre dio su "consentimiento expreso o tácito". La fiscalía pide ocho años de prisión para el hombre y seis para la madre; la Junta de Andalucía, 10 años para él y ocho para ella. También exige que le retiren la patria potestad sobre su hija y una indemnización de 20.000 euros.
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