La Unión Europea intenta estrechar las relaciones con Rusia
La UE está dispuesta a flexibilizar su posición para facilitar a Rusia la ratificación de la Carta de la Energía, una cuestión espinosa en las relaciones entre ambos. El presidente de la Comisión Europea, José Durão Manuel Barroso, manifestó ayer que la introducción de "algunas adaptaciones y modificaciones podrían facilitar a Rusia la ratificación de la Carta de la Energía". Barroso y el primer ministro de Finlandia, Matti Vanhanen, expusieron la posición global de la Unión en materia energética en la cumbre del G-8 que se celebra en San Petersburgo. De los 10 asistentes al encuentro, la UE cuenta con una representación mayoritaria: cuatro de los Estados miembros más ricos (Alemania, Reino Unido, Francia e Italia), Finlandia, como presidente de turno de la UE, y Barroso, jefe del Ejecutivo comunitario.
La creciente dependencia energética europea de las importaciones, que crecerán un 70% hasta 2030, y el disparo de los precios del petróleo, que esta semana han alcanzado los 78 dólares por barril, están forzando un mayor entendimiento entre la UE y Rusia, que suministra el 25% del gas y el 27% del petróleo a la Unión.
Para la UE, la seguridad energética se ha convertido en uno de los mayores desafíos, mientras que para Rusia, las exportaciones de gas y petróleo son una palanca decisiva de su actual desarrollo económico. Barroso expuso ayer la necesidad de alcanzar un acuerdo sobre los principios que deben regular las relaciones entre los países productores, consumidores y de tránsito en materia energética. En este sentido insistió en que hacía falta un mercado "abierto y transparente". En otras palabras: "Acceso de todas las partes a todos los mercados y respeto para todos de las mismas reglas".
Ciertas modificaciones
El marco en el que debían desarrollarse estas relaciones es el establecido por el Tratado de la Carta de la Energía firmada en 1994 por más de 50 países, y pendiente de ratificación por parte de Rusia, que exige ciertas modificaciones. El Tratado está vinculado a un Protocolo de Tránsito de la Carta de la Energía, que se está negociando actualmente. El Tratado establece el marco legal para fomentar la cooperación a largo plazo en materia energética. Sus disposiciones más importantes se refieren a la protección de las inversiones, comercio de materias y productos energéticos, tránsito y la solución de controversias.
Los puntos conflictivos se presentan en la regulación de tránsito y la protección de las inversiones. Según el Tratado, las partes se comprometen a crear las condiciones para que los inversores extranjeros disfruten del principio de nación más favorecida o del trato que conceden a sus propios inversores. Rusia tiene especial interés en invertir en las compañías de distribución energética europea mientras que no ofrece el mismo trato de igualdad para las inversoras europeas en Rusia.
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