El miedo al pez golfar vacía una playa
La pequeña mordida en Alicante por un animal de esta especie sufre graves daños en la mano
"Yo paso de bañarme", comentaba ayer al mediodía una adolescente en la playa de San Juan de Alicante. "No pasa nada. Fue un accidente. Yo me meto en el agua", respondía su amiga tras comprobar cómo la zona recuperaba poco a poco la normalidad tras haber estado cerrada al baño durante 23 horas. La alarma había saltado el jueves al mediodía, cuando un pez golfar (Pomatomus saltatrix) mordió en la mano izquierda a una niña de siete años que estaba bañándose. La pequeña permanece hospitalizada en estado grave.
La agresión le produjo un desgarro "muy importante" en el brazo, el antebrazo y la muñeca izquierdas, según indicó la Consejería de Sanidad de la Generalitat valenciana. La pequeña fue atendida en el puesto de la Cruz Roja y trasladada al Hospital General de Alicante con pronóstico de grave. Fue intervenida durante más de cuatro horas de los tendones del dorso de la mano y de la arteria y el nervio cubital de la palma. Los médicos temen que pierda movilidad y auguran que deberá someterse a más operaciones en el futuro. La pequeña estaba de vacaciones con sus padres, que residen en Sevilla.
El alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, aseguró que todo fue una "coincidencia desgraciada", ya que el animal atacó a la pequeña al confundir su mano con un pez. "El agua estaba turbia, caliente, la niña chapoteó con la mano y produjo espuma, por lo que el pez confundió ese movimiento con el de una presa", dijo el primer edil, que descartó que se tratara de otro animal, como un tiburón. Al notar la mordedura, la pequeña debió de quitar el brazo y eso le produjo un desgarro "muy importante", comentó el alcalde.
José Ricardo Costa, experto en pesca submarina a pulmón abierto en el litoral de Alicante, aseguró que los golfares son una especie muy frecuente en esta zona del litoral mediterráneo. "Ha habido toda la vida y jamás han atacado a personas, comen otros peces".
El golfar, también conocido pejerrey, pez sierra, anjova o dorado, se caracteriza por la fortaleza de su mandíbula, con dientes en forma de sierra. El alcalde, aficionado a la pesca, recordó que ejemplares de golfares son frecuentes en los mercados. Pesan siete u ocho kilos. "Tienen unas mandíbulas capaces de cortar el acero", añadió. Suelen medir de 60 a 80 centímetros, pero pueden superar el metro. "Nunca han atacado a nadie. Lo ocurrido es un accidente por circunstancias anómalas y no existe riesgo para los bañistas", aseguró Díaz Alperi.
No obstante, ayer hubo poca gente en la arena y no parecía un viernes de julio. Eric Ibáñez, que trabaja en el alquiler de hamacas y presenció el rescate de la niña, decía: "Se ve que el pez tenía hambre y se equivocó". Por la mañana, la gente fue bastante disciplinada y cumplió la orden de no bañarse. "Tuvimos que reñir a cuatro o cinco bañistas que no sabían qué pasaba", señaló un socorrista de Cruz Roja. "Aquí nunca había ocurrido nada, otros años hay medusas, pero peces así, jamás", reconocía Armelinda, que disfrutaba del baño con sus hijas poco después de que se levantara la prohibición.
Aunque no hay muchos antecedentes, en 1993 en la playa de Las Arenas, de Valencia, un hombre sufrió la amputación de dos dedos del pie por la mordedura de un pez no identificado del que se dijo que podía ser un escualo.
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