Mujer, joven y solidaria

Sara Oñate, murciana de 28 años, es socióloga. Trabaja a jornada completa por unos 1.000 euros al mes. "Soy una mileurista al uso. Vivo de alquiler con dos amigos en un piso", dice. Pero es algo más, su retrato robot es el de los 36.000 voluntarios que dedican su tiempo a organizaciones no gubernamentales de ayuda al desarrollo (ONGD). Según el Informe de 2005 de la ONGD, presentado ayer por la coordinadora que reúne a 400 de estas organizaciones, la mayoría de estos voluntarios son mujeres como ella, entre 24 y 45 años, que desempeñan trabajos administrativos o campañas de sensibilización. Éste último campo es al que dedica su tiempo Oñate en la ONG Acsur Las Segovias desde 2001. Le dedica "bastantes más horas" que la mayoría de voluntarios (entre dos y cuatro, según el estudio) a sensibilizar sobre la situación de los inmigrantes. Tal es su dedicación que desde mayo es presidenta de Acsur en Murcia. "Empleo las tardes, las noches... ¿Que por qué? ¿Cómo se puede vivir sin preocuparse por todo esto?", explica.

"A ratos me desespero, porque necesito la ayuda de mi familia para llegar a fin de mes. Pero merece la pena". Teresa López tiene 40 años y también es mileurista: cobra 1.500 euros mensuales como coordinadora de proyectos en Arquitectos Sin Fronteras. Responde al perfil medio del trabajador remunerado -hay unos 17.000- de las ONGD españolas: mujer (71%), entre 25 y 45, con estudios universitarios -Teresa es arquitecta- y que cobra menos que en otros sectores. "Gente sin experiencia está cobrando el doble que yo en cualquier constructora", asegura. "Pero soy parte de un cambio social posible". Y hay otras contraprestaciones, como los horarios compatibles con la familia.

El reto ahora, según la Coordinadora de ONGD, es conseguir que esos sueldos no sean tan bajos que supongan una barrera. Eso dependerá de la financiación que consigan. En 2004, el 52% llegó de fondos privados, donaciones, empresas y, sobre todo, de los 1,6 millones de socios que aportan anualmente 167 euros de media.

Voluntarios, profesionales y socios... Más un millón y medio de personas representan la base de las ONGD, que el año pasado convirtieron más de 334 millones de euros en proyectos de desarrollo y acción humanitaria. Más de la mitad se destinó a América Latina y el 29%, a África.