La UE vigilará de forma indefinida desde el 18 de julio la costa africana

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer en Tenerife que el 18 de julio arrancará, con carácter indefinido, el dispositivo europeo de vigilancia de la costa africana para combatir la inmigración irregular. En su visita a Canarias, Zapatero se comprometió a "no regatear medios para contener la inmigración ilegal, en cooperación con los países del África subsahariana". Ayer mismo llegó una lancha con 82 personas a Tenerife.

El presidente del Gobierno anunció que antes de fin de mes el Consejo de Ministros aprobará un Plan de Seguridad relacionado con el problema de la inmigración irregular que parte desde la costa africana hacia las islas Canarias. También resaltó Zapatero el hecho de que desde el 18 de julio y con carácter indefinido, 13 países de la UE ayudarán a la vigilancia de las costas africanas para impedir la inmigración irregular con rumbo a Canarias.

España, recordó Zapatero, aportará dos buques para este dispositivo, así como cuatro patrulleras de la Guardia Civil, que saldrán a controlar las costas el 21 de julio junto con medios de Francia, Finlandia y Portugal.

El dispositivo especial de vigilancia, acordado también con varios de los países africanos afectados, fue un empeño del Gobierno a raíz del incremento de embarcaciones cargadas de inmigrantes que llegaron a las islas canarias a partir de la primavera de este año.

El presidente visitó ayer las islas Canarias para conocer el problema y recorrer los centros de retención de inmigrantes. Tras el encuentro que mantuvo en la sede del Gobierno canario con el presidente autonómico, recordó que el blindaje de la costa africana mediante la vigilancia con barcos y aviones se prolongará "hasta que sea necesario".

Zapatero cumplió ayer su compromiso de visitar las islas alcanzado con el presidente insular, Adán Martín, cuando se produjo la oleada masiva de inmigrantes a Canarias. Acudió al edificio provisional de las Raíces y al de Hoya Fría, ambos en Tenerife. El mes que viene visitará los centros de Las Palmas, según anunció ayer Zapatero. Anoche llegó a Tenerife una nueva lancha con 82 inmigrantes irregulares, entre ellos siete menores.

El presidente del Gobierno trató de expresar con su visita el respaldo absoluto del Gobierno central a la comunidad isleña, que en mayo se vio agobiada con una irrupción repentina de 3.500 inmigrantes irregulares. "Hemos movilizado todos los esfuerzos diplomáticos, políticos y materiales en una operación sin precedentes ante la Unión Europea y ante los países del África subsahariana", señaló Zapatero.

Como muestra de ese esfuerzo, subrayó que de mayo a junio la inmigración irregular ha descendido en Canarias de 3.500 a 500 personas.

Negociación diplomática

Durante todo este tiempo, la diplomacia española ha negociado con los distintos países africanos de los que parte la mayoría de la inmigración irregular y ha logrado algún acuerdo, como en el caso de Senegal, para repatriar a estos inmigrantes.

También destacó ayer Zapatero que el Ministerio del Interior ha aumentado en 1.000 efectivos en dos años su presencia en Canarias, con 3.300 policías nacionales y 2.773 guardias civiles, además de seis patrulleras y nueve buques de salvamento marítimo. Subrayó asimismo la aportación de tres buques de Defensa y 4.000 plazas nuevas para internamiento de inmigrantes en antiguos acuartelamientos.

El presidente agradeció el comportamiento de la población canaria durante la oleada inmigratoria de mayo, así como de las instituciones que les acogieron.

Zapatero no se refirió al tratamiento de los menores. Sin embargo, Adán Martín hizo referencia a uno de los problemas que más preocupan a su Gobierno, y reconoció que tiene "difícil respuesta" para los más de 400 menores de 18 años que actualmente están acogidos en centros de internamiento canarios. También recordó Martín que la renta per cápita en Canarias es de 19.000 dólares, mientras que en los países origen de la inmigración irregular es de 465 dólares, diferencia que por sí sola, a juicio de Martín, es motivo suficiente para que muchas personas arriesguen su vida.