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Reportaje:Conflicto laboral en el transporte

"Yo sí debería hacer huelga"

El personal del aeropuerto de Málaga esperaba más conflictos de los que ha tenido que afrontar por la huelga de los pilotos

Pilar Álvarez

"¡Anda que si yo me pusiera en huelga, que gano cuatro duros!". Son las tres de la tarde. Enfundada en un chaleco amarillo chillón, una operaria del aeropuerto Pablo Ruiz Picasso de Málaga hace su particular análisis del parón convocado por los pilotos de Iberia. "Por aquí no hemos tenido problemas, habría sido peor si hubiera coincidido con mitad o final de mes", reflexiona.

En la puerta de la terminal de salidas donde ella trabaja la mañana ha sido "igual que cualquier otra, no ha pasado nadie quejándose de momento", dice.

El aeropuerto de la capital de la Costa del Sol, cuarto en número de pasajeros de España, vivió

ayer una jornada sin tumultos en los pasillos pese a la cancelación de tres vuelos a Barcelona, cuatro a Madrid y otros tantos de regreso a Málaga.

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Iberia concentra algo más del 10% del número total de pasajeros del aeropuerto de Málaga, según datos facilitados por AENA.

Tras el mostrador de la oficina que la compañía tiene allí, dos trabajadoras de melena rubia prefieren no dar sus nombres. Atienden a los escasos pasajeros que se acercan al local con una enorme y profesional sonrisa. Aseguran que todo está "bajo control" desde hace varios días y que no se han producido incidentes reseñables.

"Los pasajeros conocían este incidente desde hace tiempo; han actuado con previsión", explica una de ellas. Durante las primeras dos jornadas de huelga han atendido a los afectados sin demasiados problemas. Aunque también están preparadas para todo lo contrario. "Tenemos más de 20 años de experiencia en esta oficina, sabemos cómo aplacar a la gente en caso de protestas", explican.

Los viajeros que se acercan a primera hora de la tarde al mostrador no parecen muy guerreros. Uno de ellos es Anderson, un joven sueco al que le han cambiado su vuelo del próximo sábado a Madrid con Iberia por un billete con la compañía Spanair. "Salgo más temprano pero no me importa demasiado", asegura mientras se encoge de hombros.

Joaquín Valverde se ha acercado a preguntar en el mostrador porque no quiere arriesgarse. El viernes debe estar en Madrid sin falta para regresar en avión a su casa de Johanesburgo, en Suráfrica. "Me han dicho que no voy a tener ninguna complicación con el vuelo, aunque me habría gustado verlo por escrito", explica.

A uno de los vigilantes de la entrada le sorprende que la jornada haya sido tan tranquila. "Esperábamos alguna protesta con pancartas de los pilotos o más movimiento de pasajeros enfadados, pero no ha pasado nada de nada", señala.

Sólo dos personas parecían ayer inquietas por coger su avión en Málaga. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, concluyó en apenas 15 minutos su encuentro con la prensa malagueña porque tenía que volar a Madrid. Apenas unas horas después, el diputado nacional del PP, Federico Trillo, y su asistente, corrían de un mostrador a otro para chequear su vuelo.

Viajeros a la espera de embarcar en el aeropuerto de Málaga.
Viajeros a la espera de embarcar en el aeropuerto de Málaga.JULIÁN ROJAS

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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