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La 'narcosala' de Vall d'Hebron tiene la mitad de usuarios previstos

El Centro de Atención y Seguimiento de las Dependencias (CAS) de Vall d'Hebron no llega a la mitad de los usuarios que se calcularon hace un año, cuando entró en funcionamiento. La narcosala, uno de los equipamientos que ha generado más contestación por parte de un grupo de vecinos del distrito que cortaban la Ronda de Dalt los miércoles por la tarde, tiene 112 usuarios de los que 47 utilizan los espacios destinados a la venopunción, de acuerdo con las cifras que ayer facilitó la tercera teniente de alcalde del consistorio, Imma Mayol (ICV).

Las previsiones que tenía la Agencia de Salud Pública de Barcelona de usuarios de ese equipamiento eran de unas 300. Los datos fueron puntualizados ayer por Mayol en respuesta a una pregunta formulada por la concejal del Partido Popular Ángeles Esteller, que manifestó que la narcosala no hacía falta en Vall d'Hebron. "Es una zona donde hay 20.000 estudiantes", señaló la concejal del PP, una de las formaciones más reticentes con la apertura de cualquier equipamiento de ese tipo y de forma más acusada con la de Vall d'Hebron.

Mayol acusó al PP de hacer "electoralismo" con la atención a los toxicómanos, aunque reconoció que la afluencia de usuarios a la narcosala es menor a la esperada. Y no tiene nada que ver si se compara con los usuarios de Baluard, en Ciutat Vella, que abrió sus puertas a finales de 2004 y en la que la sala de venopunción la utilizan 91 personas al día.

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