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Reportaje:

El circo de la Fórmula 1

Una exposición de la Fundación Caja Vital presenta en Vitoria una selección de monoplazas, entre ellos el de Alonso

Los mitómanos del mundo del motor están de enhorabuena: la sala de la Fundación Vital presentó ayer la exposición Fórmula 1. 50 años de emoción y magia deportiva, un recorrido por la historia de esta práctica que tiene tanto de deporte como de actividad industrial, de riesgo como de espectáculo. Los fans de Fernando Alonso, verdadero ídolo de masas, podrán contemplar (que no tocar) hasta el próximo 9 de agosto el vehículo con el que ganó la edición de 2005 de la competición estrella del automovilismo. Pero también hay espacio para la nostalgia con los Lotus de Fitipaldi y Ayrton Senna o el Benetton de Schumacher.

La entrada ya promete. Nada más bajar las escaleras, el visitante se encuentra con el monoplaza de Alonso, flanqueado por el de Senna y el Lotus 78 de Mario Andretti que también pilotó Emilio de Villota, uno de los pioneros de la Fórmula 1 en España. La muestra, en esta primera parte, realiza un homenaje a los predecesores del joven asturiano, como el propio Villota, Alex Soler-Roig, Adrián Campos o Luis Pérez Sala. Son los antecedentes cercanos de una afición por el automovilismo en pista que se remonta al reinado de Alfonso XIII.

"Al principio era un deporte más elitista, en el que los pilotos eran auténticos caballeros"

El monarca borbón está considerado como el introductor de una práctica que en sus inicios estaba vinculada a la aristocracia y la alta burguesía. Se competía con turismos y la primera carrera que se disputó en España, en 1913, en un circuito en Guadarrama, la ganó el italiano Carlo de Salamano con un Rolls Royce. A partir de entonces, la afición fue extendiéndose por el país, aunque Lasarte (Guipúzcoa) tuvo el privilegio de acoger las principales competiciones, hasta la guerra civil.

Es decir, que la afición por el automovilismo de circuito no acaba de llegar, aunque los pilotos españoles no hayan destacado hasta el siglo XXI. Antes, fue el tiempo del británico Damon Hill, el canadiense Jacques Villeneuve o el italiano Elio de Angelis, conocido como el último caballero de la Fórmula 1, que falleció trágicamente en el circuito español de Le Castellet, en 1986. Los coches de todos ellos, presentes en la sala de la Vital, eran Lotus, la marca que ha hecho posible buena parte de la exposición.

"Lo más difícil ha sido conseguir estos siete vehículos; ha costado más que adquirir quince picassos; cada uno tiene su historia", recordaba ayer con humor Fernando Martínez de Viñaspre, comisario de esta muestra diseñada en exclusiva para la Caja Vital. El Renault de Fernando Alonso ha sido el más peleado. La marca francesa tiene para el vehículo una apretada agenda de exhibiciones. "Y luego estaba el asunto del espionaje industrial, ya que es un vehículo muy reciente y todavía con secretos mecánicos", recuerda Martínez de Viñaspre.

En cuanto a los Lotus, pertenecientes a los herederos de Colin Chapman, piloto y fundador de esta marca que llevó al triunfo a Jim Clark o Emerson Fittipaldi, también han tenido su aventura. Lo primero, hubo que explicar a los coleccionistas británicos dónde se encuentra la ciudad de Vitoria, el tipo de exposición que se quería montar, la colaboración de Michelín, etc. Hasta que por fin se decidieron. Y luego estaba el asunto de las fechas: los Lotus compiten ahora en carreras de clásicos; así que se esperó al final de la temporada. "Efectivamente, más de dos años de negociaciones, pero también podemos decir que todos los coches que presentamos todavía se conducen", explica el comisario de la muestra quien reconoce que el celo de los Chapman es tal que le llaman todas las mañanas para ver como se encuentran sus monoplazas.

Pero la exposición es mucho más que la exhibición de estos prototipos. Se pueden ver algunos detalles curiosos como el antes y el después de un neumático de Fórmula 1. Y lo cierto es que las ruedas acaban para ir directamente al vertedero, con todas las llantas y las cubiertas destrozadas. Los fans de Michael Schumacher, además de contemplar el Benetton con el que ganó los mundiales de 1994 y 1995, pueden observar al detalle el poderoso tubo de escape del campeón germano.

Schumacher es un excelente exponente de la Formula 1 actual, donde los pilotos son antes que nada mecánicos. Al principio, era un deporte para millonarios, más elitista, en el que los pilotos eran auténticos caballeros como el argentino Juan Manuel Fangio, que llegó a correr hasta los 50 años. "Pero en los últimos 25 años se ha transformado por completo. Es toda una industria en la que trabajan cientos de personas que mueve mucho dinero. Además, los monoplazas son verdaderos bancos de pruebas para los utilitarios en asuntos como la seguridad", explicó Viñaspre.

Y luego está el asunto del merchandising. La exposición acoge una buena selección de todos los materiales publicitarios que se venden de las marcas y los pilotos, con especial atención a Ferrari, quizás la escudería que cuenta con más devotos en todo el mundo. La última sección está dedicada a recrear unos boxes, donde se recoge el palmares de estos 50 años de Fórmula 1, mientras el rugido de los motores hace de banda sonora.

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