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El presidente palestino, acorralado

Mahmud Abbas está acorralado en Gaza. Y muchos opinan que afronta un destino similar al de Yasir Arafat, quien falleció en París en noviembre de 2004 tras el encierro al que fue sometido por el Ejército israelí en sus oficinas de Ramala durante casi tres años. Los gobernantes de Israel han humillado a Abbas desde que asumió la presidencia en enero de 2005 y le han tildado de "irrelevante". Sus continuas peticiones a los Ejecutivos de Ariel Sharon y Ehud Olmert para retomar las negociaciones, desde un año antes de que Hamás llegara al poder, han caído en saco roto.

En Oriente Próximo los patrones apenas varían. "Lo que sucede ahora es como lo ocurrido en 1982. El embajador de Israel en Londres fue asesinado e inmediatamente después comenzó la invasión de Líbano. Ahora el pretexto es la captura del soldado israelí para destruir el liderazgo palestino. No sólo a Hamás, también a Abbas, que se ha puesto los zapatos de Arafat en la Mukata", sostiene Raji Surani, director del Comité Palestino de Derechos Humanos y analista político alérgico a toda posición fundamentalista. "Israel", añade convencido de que todo responde a una estrategia concebida al detalle, "siempre evita abordar el problema sustancial: la ocupación. Los planes militares que estamos viendo no se preparan en 24 horas. Lo que está sucediendo no guarda relación con la crisis del soldado. Está vinculado a los planes del primer ministro Olmert, que pretende demostrar que no existe socio palestino con quien negociar para llevar a cabo sus medidas unilaterales".

No cree Surani en las coincidencias: "El crimen cometido en la playa

[en el que murieron hace tres semanas siete miembros de una familia] fue deliberado. El sábado la aviación israelí disparó un misil que impactó en el despacho del ministro del Interior, Said Siam. ¡Qué precisión y qué errores al mismo tiempo! Todo es deliberado".

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