Sin rastro del coloso de Serra
La policía halla sólo una torre eléctrica al excavar en el solar de un antiguo almacén en busca de una escultura de 38 toneladas
El misterio continúa. Nadie sabe dónde está el enorme conjunto escultórico de 38 toneladas, obra de Richard Serra, desaparecido hace 10 años. Hace cinco días se desvanecieron las últimas esperanzas de la policía por aclarar este enigma: excavó en el jardín de Arganda del Rey (Madrid) donde sospechaba que estaba enterrada la escultura, pero lo que descubrió fue parte del forjado de una vieja torre eléctrica de alta tensión. La zona había sido rastreada con aparatos detectores, que habían confirmado que en ese punto había gran cantidad de metal sepultado.
Ante la creencia de que lo enterrado pudieran ser todo o parte de las 38 toneladas de acero del conjunto escultórico Equal Parallel / Guernica Bengasi (comprada en abril de 1987 por el Ministerio de Cultura, que abonó 36 millones de pesetas), la Brigada de Delitos contra el Patrimonio Histórico informó al juez de Arganda de la conveniencia de picar en el solar del antiguo depósito de la empresa Macarrón. Los policías horadaron hace unos días el jardín de los Archivos Generales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en Arganda después de que los detectores de metales indicaran la existencia de hierros de más de cinco metros enterrados en esa zona. Y, dado que la escultura desaparecida tiene unas dimensiones similares, ¿Por qué no podría tratarse de los cuatro enormes paralelepípedos de acero del extraviado grupo escultórico de Serra?
La colosal escultura está formada por dos bloques de acero de cinco metros de longitud, 1,48 de altura y 24 centímetros de espesor -cada uno de los cuales pesa 15 toneladas- así como otros dos bloques de menor tamaño, con un peso global de ocho toneladas. Es un conjunto no sólo muy pesado, sino difícil de manejar si no es mediante varias grúas.
Tras haber sido expuesta en el museo Reina Sofía, la mastodóntica obra de Richard Serra quedó depositada desde 1991 en un descampado de la empresa Macarrón, en la calle del Brezo, en el polígono industrial de Arganda. En 1993 María Corral, en aquellas fechas directora del Reina Sofía, realizó un inventario del museo en el que afirmaba que la escultura estaba "perfectamente identificada y localizada". Un posterior informe del antiguo Centro de Arte Reina Sofía, fechado en 1995, deja entrever que la escultura se halla en mal estado de conservación por estar a la intemperie en un solar anejo a las naves de Macarrón.
En 1998, la Seguridad Social se incautó del solar y las naves de Macarrón, así como de numerosos objetos existentes en las mismas. Pero en el acta de incautación no consta nada acerca de la pesada escultura de Serra. Cinco años más tarde, sobre ese terreno fueron construidos los Archivos Generales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social... Y del conjunto escultórico de Richard Serra no volvió a saberse más.
La Brigada de Delitos contra el Patrimonio Histórico considera que el traslado de las cuatro pesadas piezas que componen Equal Parallel / Guernica Bengasi es una tarea compleja y costosa, así como que la fundición del metal es una operación no rentable. Por eso, hace tres meses empezó a barajar la hipótesis de que la pesada escultura jamás había sido movida del depósito de Arganda del Rey y que pudiera haber quedado enterrada al hacer los cimientos para la construcción del actual edificio de la Seguridad Social.
La policía solicitó los planos de las obras realizadas por la constructora del edificio de la Seguridad Social que ahora ocupa los terrenos de Arganda. No se trataba de excavar en todo el solar, sino de conocer por dónde discurren las conducciones de agua y electricidad, así como otros elementos metálicos que pudieran inducir a error al hacer un rastreo con detectores de metales. Los agentes hablaron también con los responsables de la edificación, quienes coincidieron en que ninguno de ellos había visto los cuatro grandes bloques de la escultura de Serra.
Tras los rastreos, la policía determinó que en una zona del jardín había de forma inexplicable gran cantidad de metal enterrado. Hace unos días, agentes del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) excavaron en el punto indicado. Y encontraron abundante material metálico. Pero ¡sorpresa!: no eran los cuatro bloques de acero del grupo escultórico desaparecido, sino la base de una antigua torre eléctrica de alta tensión. "Fue una decepción. Tuvimos la esperanza de haber localizado la escultura de Serra, pero al final sólo eran unos hierros viejos sin ningún valor", admite un mando policial.
¿Y ahora qué? La Comisaría General de Policía Judicial, que dirige Juan Antonio González, está empeñada en aclarar el misterio. Tras comprobar que el grupo escultórico no quedó enterrado en el viejo solar de la empresa Macarrón, los agentes encargados del caso deberán replantearse toda la investigación. Una vez más tendrán que revisar todo el proceso para intentar hallar un hilo que permita llegar hasta el ovillo que facilite desenredar este maldito embrollo. O, como sostiene el Museo Nacional Reina Sofía, aclarar el "problema" suscitado con la obra Equall-Parallel / Guernica-Bengasi.
Fuentes policiales siguen hoy convencidas de que la escultura no ha sido refundida ni desguazada. Trocear unos bloques metálicos de 24 centímetros de espesor sólo es factible mediante oxicorte (con un soplete de oxiacetileno). "Como se dice vulgarmente, valdría más el collar que el galgo", sostiene un mando policial. En efecto, el beneficio a obtener por las 38 toneladas de acero no habría superado los 19.000 euros, teniendo en cuenta que el kilo se paga a unos 50 céntimos.
No obstante, el fiasco sufrido ahora por los investigadores policiales les obligará encauzar sus pesquisas hacía otras hipótesis, entre ellas, naturalmente, la de que la obra de Serra haya sido vendida de forma fraudulenta. ¿Pero por quién? ¿Y a quién?El fiasco sufrido ahora por los investigadores les obligará a encauzar sus pesquisas
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.