Planta de gas en Ferrol

Dentro de la angosta ría de Ferrol se está promoviendo un "crimen contra la humanidad". Se construye una planta de gas, que pretende almacenar 600.000 metros cúbicos de gas natural licuado, adosada a un complejo petroquímico que ya contiene 300.000 metros cúbicos de combustibles y otros productos químicos cancerígenos.

Esa planta de gas en funcionamiento amenazaría permanentemente la vida de la población próxima (40.000 personas en un radio de tres kilómetros), destruiría la producción marisquera de la ría y la potencial riqueza turística de su patrimonio histórico. También destruiría una zona arqueológica con restos de pobladores romanos, de los mejor conservados de Galicia.

Se está incumpliendo la legislación española y europea de medio ambiente, ordenación del territorio, prevención de riesgos por accidentes graves, costas y patrimonio. Los buques gaseros de 135.000 metros cúbicos, cargados de gas natural licuado, dentro de la ría estarían en una trampa mortal, en caso de emergencia durante la descarga no podrían salir a mar abierto por sus propios medios; en determinadas circunstancias de marea, niebla o viento les sería imposible salir por el sinuoso y estrecho canal de cuatro kilómetros de longitud y 150 metros de ancho entre boyas.

Se incumple también la sentencia de 23 de junio de 2004 del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que exige un estudio de impacto ambiental. Dicha sentencia ha sido recurrida al Tribunal Supremo y han sido aceleradas las obras por la empresa Reganosa, pretendiendo terminarlas. En los Tribunales Superiores de Justicia de Galicia y de Madrid, están solicitadas medidas cautelares de paralización de obras.

Existen alternativas de ubicación en el exterior de la ría de Ferrol. Después de los atentados del 11-S de 2001 en Nueva York, en EE UU, Holanda e Italia han decidido ubicar estos proyectos en mar abierto y están cancelando los de tierra firme. Plantas de gas como la de Boston se están planteando trasladarlas a lugares aislados para suprimir objetivos al terrorismo internacional.

Pedimos que la Administración del Estado se decida a paralizar las obras de Reganosa en base a las omisiones e irregularidades del procedimiento, con independencia de las decisiones que procedan por las omisiones y daños producidos, cuando el Tribunal Supremo resuelva y se emita asimismo sentencia en los 11 contenciosos a trámite en los tribunales. Queremos evitar daños irreversibles al medio ambiente y al patrimonio histórico, además de que, tras un accidente grave, se tuviera que lamentar lo peor para la población próxima.