"Hay serias dificultades para atisbar cuál puede ser el teatro del siglo XXI"

Fernando Urdiales (Valladolid, 1951) es el autor y director de La barraca de Colón, montaje en el que Teatro Corsario recurre a personajes de una barraca de ferias para mostrar su "visión iconoclasta" de la vida y los logros de Cristóbal Colón.

Pregunta. Este no es un fiel vistazo a la vida de Colón.

Respuesta. No, para eso están las biografías,. El teatro está para jugar en torno a un personaje que es muy atractivo, por enigmático: no se sabe dónde nace, ni prácticamente nada de su vida, los retratos que existen son poco fiables, los diarios de a bordo manuscritos no se conservan... Se conserva la imagen mesiánica, beatífica, del personaje, pero se sospecha que en su juventud fue corsario, traficante de esclavos, negrero.

P. Apuesta por el exceso, por lo grotesco.

R. Sí, en algún sitio he leído que por el feísmo, pero no tiene nada que ver lo grotesco con lo feísta. El expresionismo y el grotesco son los géneros expresivos que más utilizo y más me gustan como forma de desnaturalizar; no me gusta el teatro naturalista. Suelo utilizar las claves expresionistas o grotescas en este tipo de montaje. Hay un grotesco próximo a la farsa y un grotesco más próximo al esperpento. En este caso está más cerca de la farsa y del music hall, portando también algo de Carl Valentin, su música y el ambiente de cabaret cutre alemán.

P. Dijo hace dos años que el teatro español pecaba de conservadurismo. ¿Se ratifica?

R. Sí, las cosas no han cambiado, en absoluto. No se le puede echar la culpa a nadie en particular, aunque considero que ha habido un gran retroceso en la apuesta de los programadores. En general, prefieren ir a lo seguro, quizá porque sus patrones o patronos se lo exigen, y entonces hay serias dificultades para poder atisbar cuál puede ser el teatro del siglo XXI, porque a veces lo que se ve es como del siglo XIX. Con esto no quiero decir que Corsario sea un ejemplo de teatro de vanguardia, pero los jóvenes tienen que poder experimentar, poder hacer lo que se llamó en tiempos teatro laboratorio y ese tipo de cosas, ya sea con los multimedias o con lo que sea.

P. ¿Por qué no sube a un escenario desde Amar después de la muerte, de 1993?

R. Porque comprendí que soy más eficaz si todas mis energías las dedico a la dirección. El proceso de trabajo es mucho más eficaz si ejerces tu papel como dramaturgo, porque la dramaturgia en una obra es muy importante.