Hanna Schygulla se descubre como cineasta en el corto 'Protocolo de sueños'

Casi 20 años permanecieron "dormidos en una valija" los sueños de Hanna Schygulla, de 64 años. Sueños que la actriz fetiche del director Rainer Werner Fassbinder tuvo en 1977 cuando compartía comuna con un grupo de artistas y que cuidadosamente anotó al despertar. A partir de aquellas frases, la bella Schygulla rodó "sin freno" durante seis semanas con una cámara de vídeo, iluminada por un candil. "El corto nació porque hubo un largometraje que no llegó a hacerse. Surgió como una necesidad, fue fruto de una frustración y nunca pensé en exhibirlo", recordaba ayer la actriz, tocada con un turbante y vestida de negro y gris, durante la presentación de Protocolo de sueños en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

La proyección de su trabajo abrió ayer por la tarde el XV Festival de Cortometrajes de Madrid, que dedica una retrospectiva al gran Fassbinder. Los trabajos de Documenta Madrid; una selección de cortometrajes mexicanos; una muestra de cine digital canario, y los seis cortos galardonados en el Festival de Cine Gay y Lésbico de Turín completan las secciones paralelas del certamen, que este año contará con 28 títulos en formato cine, 18 en vídeo y 19 filmes de animación a concurso.

El trabajo de Schygulla se estrenó por primera vez el año pasado en el MOMA también en el marco de una retrospectiva dedicada al director alemán. "Me sentí muy libre reviviendo esos sueños. Tuvo un efecto liberador", contó ayer la actriz en Madrid.

En su charla con los medios de comunicación, Schygulla recordó su primer encuentro con Pedro Almodóvar hace 20 años, como una suerte de reencarnación del cineasta alemán: "Fue en Barcelona, se me acercó para decirme: 'Yo soy el Fassbinder español', y aunque todavía no era conocido, yo vi su genio". La actriz ve la transgresión como un punto en común entre ambos, pero con una radical distancia marcada por el "optimismo" y la "luminosidad" de las películas del realizador español.