Se agradece
Abría el Festival de Granada su edición número 55 con Mitridate, re di ponto, una ópera del Mozart juvenil -14 añitos al componer la música para un texto sobre truculentos celos familiares procedente de Racine- que parece vivir días de recuperación. Una apuesta original y muy de agradecer, difícil de resolver también y en todo caso estimulante por revelarnos una obra que exhibe ya rasgos de un genio a veces más que intuido. Lo supo subrayar con excelencia Harry Christophers al mando de una Orquesta Ciudad de Granada que fue a más a lo largo de la noche y que se plegó muy bien a los criterios historicistas del maestro. Otra cosa fue la puesta en escena de Francisco Negrín, bastante elemental y mal planteada en su perspectiva, pues buena parte del público no pudo ver nunca a los cantantes de cuerpo entero. El movimiento actoral fue demasiado nervioso, un ir de aquí para allá que, sin embargo, acertó al subrayar la violencia de las situaciones. Con un uso muy pobre de los elementos simbólicos -ese arco y esas flechas-, se jugó con fortuna con la iluminación aprovechando el marco, bastante adecuado a la acción, del patio del palacio de Carlos V.
Mitridate, Rè di Ponto
De Mozart. Kaasch, Sala, Pérez, Oliver, Nanneson, McVeigh, Obregón. Orquesta Ciudad de Granada. Escenografía y vestuario: Anthony Baker. Dirección de escena: Francisco Negrín. Dirección musical: Harry Christophers. Festival de Granada. Palacio de Carlos V, 23 de junio.
Mitridate es muy duro para los cantantes. El joven Mozart exige de verdad a las voces, y al tenor que detenta el papel titular se lo hace pasar mal de veras. No fue una excepción Donald Kaasch, que mostró ya en su aria de salida todas las inclemencias de su obligación y su dificultad para superarlas. Ofelia Sala -que luce espléndido embarazo- fue una magnífica Aspasia, de impronta suavemente heroica, lo mejor sin duda del reparto. Le siguió el Sifare de la puertorriqueña Jossie Pérez, de estupendo aspecto para estos papeles travestidos, muy suelta en las agilidades pero a veces algo descuadrada en el agudo. Flavio Oliver defendió muy bien su Farnace y hasta dio unos volatines tan absurdos como espectaculares. Cumplieron en papeles más breves Cecilia Nanneson, John McVeigh y, sobre todo, Cristina Obregón.
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