Elorza culpa a la plataforma Baga Boga del asalto al consistorio

Al día siguiente de los graves incidentes ocurridos en el pleno del Ayuntamiento donostiarra que decidió ubicar la incineradora para Guipúzcoa en Landarbaso, la controversia continuó ayer viva entre el equipo de gobierno municipal y la oposición. El PSE y EB responsabilizaron a la plataforma abertzale Baga Boga, anulada por los tribunales, de "orquestar" los disturbios, mientras que el PP, PNV y EA criticaron la pasividad y falta de previsión del alcalde, Odón Elorza, para evitar los sucesos.

La decisión del pleno de construir la polémica incineradora en los terrenos de Igoin Azpi, dentro del término municipal donostiarra, adoptada por mayoría con los votos del PSE, el PNV y EA, se mantuvo ayer en un segundo plano. Todos los grupos pasaron por alto este acuerdo y optaron por intercambiarse acusaciones sobre la responsabilidad de los incidentes causados por unas 300 personas contrarias a la incineración, entre las que se encontraban los dirigentes de Baga Boga y ex concejales de EH Josetxo Ibazeta e Iñigo Balda. Este grupo obligó a interrumpir la sesión, que tuvo que desarrollarse en otra sala a puerta cerrada, y llegó a zarandear al alcalde y acorraló durante 15 minutos a tres ediles nacionalistas.

Xabier Ezeizabarrena, portavoz del PNV, definió los hechos como una "auténtica toma de la Bastilla", que ha derivado en una "desligitimación de la institución municipal". Acusó a Elorza de "falta de previsión" y "connivencia pasiva" por no adoptar ninguna medida de seguridad, lo que propició que varios corporativos carecieran de auxilio para abandonar el salón de plenos. Jokin Ezkerro, de EA, no llegó a pedir la dimisión de Elorza, como exigió la víspera la portavoz de su grupo, Jaione Arratibel, pero anunció que pedirá abrir una investigación para esclarecer los incidentes.

Ninguna denuncia

La popular María José Usandizaga, tras condenar los hechos y enmarcarlos en un "rebrote de la kale borroka", lamentó que no se tomaran medidas para garantizar la seguridad de la corporación y advirtió del "precedente" que supone abandonar el salón plenario y dejarlo en manos de los alborotadores.

La delegada de Presidencia, Marisol Garmendia, acompañada por Duñike Agirrezabalaga, de EB y socia de gobierno, cargó toda la responsabilidad de los desórdenes en Baga Boga. Acusó a esta candidatura anulada por su vinculación con Batasuna de acudir al pleno "con la voluntad expresa y premeditada de reventar el debate político". A su juicio, un sector de los ciudadanos que se oponen a la incineradora se encontró con "una campaña orquestada por la antigua Batasuna", y acusó a sus responsables de tomar "al asalto" los escaños.

Hasta la fecha, el Ayuntamiento no ha presentado ninguna denuncia formal por los incidentes. Agirrezabalaga hizo un llamamiento para que en adelante las movilizaciones contra esta infraestructura se desarrollen de forma pacífica.

La polémica por la incineradora se traslada ahora del plano institucional al social. Los colectivos ecologistas y los vecinos afectados están dispuestos a emplear todos los medios "ciudadanos y legales" para evitar su instalación en Guipúzcoa, aseguró Mikel Izagirre, portavoz de las plataformas contra la incineración.

El concejal de Urbanismo, Jorge Letamendía, considera que, tras el acuerdo del consistorio, corresponde ahora a las mancomunidades y la Diputación - o en su caso al consorcio que represente a estas instituciones- aprobar definitivamente la ubicación e iniciar a continuación los expedientes administrativos.