_
_
_
_
_
Reportaje:

En taxi por Ciudad de México

El reclamo electoral del candidato López Obrador es su gestión como alcalde de la capital

"Enséñeme lo que ha hecho Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México". El taxista mira con desconcierto. La pasajera desea ver cómo ha cambiado la capital mexicana entre 2000 y 2005, los cinco años de alcaldía del candidato de la izquierda en las elecciones presidenciales del 2 de julio. "Pues cambiar, cambiar..." ¿Qué tal el segundo piso del Periférico? Al hombre se le iluminan los ojos. "¡Cómo no, ándele!". Y pisa a fondo el acelerador de su vochito, el Volkswagen escarabajo pintado de verde chillón y blanco, taxi emblemático de esta urbe de 19 millones de habitantes.

El conductor se llama Apolonio Vargas y se dice seguidor de López Obrador y del Partido de la Revolución Democrática (PRD). "Queremos algo diferente. Ya votamos antes por el cambio y no hubo nada", explica, en referencia a Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN, derecha), que en 2000 inauguró la alternancia política en México al desbancar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) después de 70 años en el poder. "Fox no creó fuentes de trabajo. Todo sigue igual".

Más información
Corrupción y gasto social

El taxi avanza en dirección al Periférico, que atraviesa la ciudad de norte a sur. Para aliviar el tráfico, López Obrador construyó un polémico segundo piso de 12 kilómetros, que presenta como una de las obras "más importantes del mundo". El vochito ruge por la rampa de acceso. Apolonio se emociona. "¡Uhhh, ahí vamos! Está muy alto. Yo me mareo. Mire los puentes, qué buenos. ¡Hasta el aire es diferente!", dice, acariciando la contaminación que abraza la capital.

Para los detractores, el segundo piso del Periférico, inaugurado el pasado 14 de mayo, es un "elefante blanco" edificado con un claro cálculo electoral. López Obrador logró, gracias a su mayoría en la Asamblea legislativa local, que el coste de la construcción permanezca en secreto hasta 2012. Con un transporte público en estado calamitoso, había otras prioridades, señala Pablo Hiriart, director del diario La Crónica y fustigador impenitente del candidato. "López Obrador no sólo no construyó un metro de Metro, sino que en 2004 le recortó 793 millones de pesos (60 millones de euros)".

El candidato sonríe desde un cartelón que se asoma a la autovía. Siendo alcalde, prohibió los anuncios en el Periférico. En la otra cara del cartel hay un rostro menos simpático: el de un secuestrador. La madre de la víctima ofrece una recompensa a cambio de información. La seguridad pública ha sido uno de los grandes fracasos de López Obrador. Durante su gestión, los secuestros se duplicaron en la capital mexicana, hasta llegar a los 7.000.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

En esta materia, Apolonio tiene mucho que decir: "Me han asaltado seis veces. De repente sientes la pistola y que te dicen: 'ya bailaste, mano'. Nunca he puesto denuncia, porque no sirve para nada". Apolonio se protege con la imagen de la virgen de Juquila, de Oaxaca. "Mi tierra. Me vine para acá de chavo, a los 14 años. He andado también por el gabacho . Estuve dos años, me regresé, luego volví otro año. Siempre pasé de mojado".

Alejandro Encinas, que sucedió en la alcaldía a López Obrador, reconoce que esta Administración deja muchas asignaturas pendientes: la criminalidad, el abastecimiento de agua potable, la recolección de basuras o el transporte público. Como contrapartida, Encinas esgrime importantes proyectos de infraestructuras y dice que la deuda de la ciudad (que se ha duplicado en cinco años, hasta superar los 42.000 millones de pesos, 3.212 millones de euros) está bien manejada. Con este balance más bien mediocre, cabe preguntarse cómo es posible que el PRD, que gobierna la capital desde 1997, siga encabezando las encuestas.

Contrastes abismales

La medida más popular de López Obrador ha sido el pago de un bono mensual de 750 pesos (54,3 euros) a los mayores de 70 años. Casi la mitad de los mexicanos vive en la pobreza, y en la capital los contrastes son abismales. Los barrios de casonas de Las Lomas o El Pedregal y las colonias de Iztapalapa o Nezahualcóyotl, donde reside Apolonio con sus cuatro hijos, son dos planetas lejanos. ¿Cómo no va a tener arrastre un hombre que se autodenomina el "rayito de esperanza" de "los de abajo"?

"No te creas", tercia Lupe, que tiene un negocio de telas en el barrio alto de Polanco, nuestra última escala. "López Obrador ofrece sueldos a los viejitos, becas a los escolares, y dice que va a bajar la gasolina, la luz y el gas sin subir los impuestos. La gente no es tonta, saca cuentas y ve que no hay de dónde". Felipe Calderón no le entusiasma, pero para él irá su voto. "Es un hombre sensato, con propuestas creíbles. Es el que produce más tranquilidad, y en el medio burgués queremos tranquilidad".

Apolonio termina su gira. Su mirada está puesta más allá de las elecciones. "Estoy pensando en volver al gabacho. Me siento estresado. Me gustaría irme un ratito a relajarme allá". ¿A relajarse de ilegal? "Pues sí. Aquí en esta ciudad uno hace corajes con la gente. Te mientan la madre, lo asaltan a uno. Allí estoy tranquilo. Allí la gente respeta la ley".

Albañiles mexicanos ofrecen sus servicios en una calle de la capital.
Albañiles mexicanos ofrecen sus servicios en una calle de la capital.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_